Cerca del 30% de los gases de efecto invernadero de España proviene del sistema de transportes, una problemática que para 2050 debería tener solución si se busca cumplir los objetivos fijados por Bruselas, para lograrlo es indispensable una movilidad mucho más sostenible.
La movilidad sostenible en el futuro significa reducir los trayectos realizados cada día con medidas como incrementar el teletrabajo, reducir las distancias entre la casa y el trabajo, mejorar los servicios de transporte público y aumentar su frecuencia, así lo explicó la portavoz de Greenpeace Cristina Arjona.
Actualmente, el carro ocupa el 70 % del espacio público de las calles de España. Medidas como implementar dos días más a la semana laborando desde casa, ayudaría a reducir los trayectos derivados, con esto, se ahorrarían 790 toneladas de CO2 en Madrid y 1.153 en Barcelona, lo que representa un 5-6 % de las emisiones producidas por la movilidad de personas en dichas ciudades.
Parte de esos traslados se podría realizar en tren. En España, el 60 % de las plazas ferroviarias son de media distancia y cercanías, de las cuales al menos la mitad de la flota son trenes de tracción eléctrica, convirtiendo a este método de transporte junto a la alta velocidad en el más respetuoso con el medio ambiente. Además, el 100 % de la electricidad consumida por sus vehículos es de origen renovable, según la propia compañía.
En España, Pontevedra es un caso de éxito: la ciudad lleva más de 20 años desde que empezaron las principales peatonalizaciones del casco urbano y ha logrado reducir un 30 % el tráfico en el centro de la ciudad y un 70 % en toda el área metropolitana, reduciendo un 60 % las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el sur de España, Sevilla y Málaga son otros dos ejemplos de movilidad sostenible o de acciones que han reducido los trayectos más contaminantes, con medidas como la apuesta por el carril bici o la ampliación de sus vías de Metro.