Por Stakeholders

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Por: Milagros Bracamonte Paredes

En entrevista con Stakeholders, Paulo Bonef, Líder Global de Responsabilidad Social de Gerdau, casa matriz a la que pertenece SIDERPERU, cuenta que anualmente convierten entre 12 a 13 millones de toneladas de chatarra en acero nuevo, a nivel global.

Además, menciona que el principal número de proveedores en Perú son las pymes y que en Latinoamérica más de 1 millón de personas se han beneficiado con la cadena de chatarra.

La estrategia ESG de la compañía los ha hecho obtener la certificación B, convirtiéndose en la primera empresa de acero en el Perú en lograrlo y la segunda unidad de Gerdau a nivel mundial, después de Gerdau Summit.

¿Cuál es el modelo de negocio o estrategia que viene ejecutando Gerdau para alcanzar la sostenibilidad? ¿Tiene aliados estratégicos?

Algo que para algunos puede ser basura, para nosotros es materia prima. Así fabricamos acero en varias de nuestras unidades, siendo SIDERPERU una de ellas.

La estrategia de Gerdau en sostenibilidad se basa en la matriz ESG. Tenemos metas ligadas al cambio climático, en relación con el medio ambiente; trabajamos de la mano con las personas y con la comunidad en donde estamos ubicados, estamos comprometidos con nuestra cadena de proveedores y con la gobernanza y transparencia. Hace dos años hicimos un proceso de repensar cómo será el Gerdau del futuro.

Nuestro modelo de negocio, en la mayoría de nuestras unidades, es producir acero a partir de chatarra. Anualmente y a nivel global convertimos entre 12 a 13 millones de toneladas de chatarra en acero nuevo.

Sin duda, es un proceso de transformación que tenemos en la sociedad, además estamos trabajando con el compromiso de ser una empresa B certificada.

¿Cuáles son sus objetivos en los siguientes años? Ya sea a corto, mediano o largo plazo.

Tenemos una misión trazada con el cuidado del medio ambiente. Las operaciones de SIDERPERU se realizan con energías renovables y así será durante los próximos 12 años, gracias a un contrato que firmamos con Enel, nuestro proveedor de energía; con esto, vamos a reducir las emisiones de CO2.

Además, estamos construyendo en Brasil y EE. UU parques de energías solar. Estamos cambiando la matriz de energía fósil a energía renovable.

Actualmente, gestionamos más del 70% de nuestros residuos como materia prima para nuevos procesos, pero buscamos incrementar esta cifra. Estos eco productos pueden servir para la industria cementera u otras.

En la parte social, seguimos desarrollando proyectos de valor compartido, principalmente en Chimbote; a través de nuestra escuela técnica, donde otorgamos 50 becas anuales para jóvenes con escasos recursos económicos, quiénes podrán acceder a carreras técnicas en: Mecatrónica Industrial e Ingeniería de Software e Inteligencia Artificial.

Otro de nuestros compromisos es con diversidad e inclusión. Nuestra meta es que, para el 2025, a nivel global, el 30% de los líderes de la compañía sean mujeres. Hoy, en SIDERPERU, ya contamos con el 30% de mujeres en posición de liderazgo.

Tenemos metas con nuestros proveedores de chatarra

Hace más de 50 años que producimos acero a partir de chatarra y el principal número de proveedores son las pymes; muchas veces son empresas familiares o empresas individuales que tienen pocos empleados, pero que tienen la oportunidad de recolectar materiales.

Nosotros capacitamos y brindamos asistencia técnica a los recicladores a fin de que puedan mejorar la gestión del negocio, la parte financiera, la parte de registros y también la parte técnica. En Latinoamérica, tenemos más de 1 millón de personas que son beneficiadas por la cadena de chatarra.

Entonces ¿ustedes consideran que brindan oportunidades al emprendedor?

Está en nuestro ADN apoyar emprendedores y aportar en el desarrollo del trabajador informal para la formalización de su negocio, darle esa oportunidad al emprendedor es agregarle valor a la sociedad; SIDERPERU es una de las pocas empresas que le paga a sus proveedores el mismo día y esto lo hacemos para ayudar[1]los a crecer, hasta que puedan convertirse en contribuyentes del Estado Peruano.

Lo que aprendimos con el tiempo y con las relaciones con estas pymes es que muchos basan su economía en los ingresos que generan día a día.

“En Gerdau nos preocupamos por conocer la realidad del otro y trabajar juntos por eso”.

¿En su plan incluyen la innovación en herramientas tecnológicas?

Tenemos un sistema que la empresa contrató, es un software que soporta todas las operaciones de Gerdau en el mundo. Con este software tenemos toda la información por unidad, todo esto computarizado, inclusive podemos evaluar cuáles son las unidades que tienen las mejores prácticas y así poder compartirlas con otras unidades.

Otro punto importante para nosotros es la seguridad de las personas y hace unos años contamos con la tecnología ITO, que nos ayuda a prevenir accidentes. Nosotros utilizamos esa tecnología en nuestras unidades para fortalecer la seguridad y salud en el ambiente industrial; con gestión de datos conseguimos trabajar en la prevención y evaluar situaciones que puedan generar accidentes.

¿Tienen programas vinculados con la biodiversidad y su preservación?

Tenemos un proyecto muy importante que se llama “Sembrado Vida” y está enfocado en la arborización de Chimbote. Gracias a esto, hemos sembrado más de 600 mil árboles en los últimos 10 años.

Además, en nuestra planta de SIDERPERU hemos recuperado 40 humedales para convertirlos en un espacio óptimo, donde llegan aves de muchos lugares.

¿Qué premios respaldan a Gerdau en su compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad?

Hemos obtenido la certificación como empresa B. Es un proceso global que abarca un conjunto de estándares altísimos de sostenibilidad y que son evaluados por un auditor independiente. En SIDERPERU, hemos obtenido 100 puntos.

Esta certificación evalúa 5 factores: medioambiente, personas o colaboradores, la responsabilidad social, el trato al cliente y la parte de gobernanza. Este resultado nos sirve para probar que las prácticas que tenemos son verdaderas y generan impacto positivo, además, nos ayudan a seguir avanzando en sostenibilidad.

“Somos la primera empresa de acero en el Perú con certificación B y nuestra misión es ser una empresa más sostenible con el tiempo”.

¿De qué manera se vienen desarrollando las actividades en Perú? ¿Cuáles son sus objetivos a largo plazo en nuestro país?

Tenemos dos fuentes de economía circular en Gerdau; una es la parte de chatarra: cuando recibimos camiones con chatarra, estamos reciclando algo que para mucha gente sería basura. En la actualidad, más del 77% de materia prima que usamos en nuestros procesos es chatarra.

La otra fuente de economía circular son nuestros coproductos; son materiales generados del proceso industrial que no son acero, pero que tienen un alto potencial de reaprovechamiento en otros sectores. Estos materiales se pueden usar en la construcción, la pavimentación y la industria cementera.

¿Nuestro país tiene potencial para ser un mercado adecuado? ¿Qué necesita Perú para posicionarse?

Perú tiene muchas posibilidades, hay un activo fuerte que empieza por las personas, eso es algo que consideramos mucho; la sostenibilidad es parte de la cultura del Perú y las nuevas generaciones son cada vez más conscientes.

Lo que puede acelerar este proceso es promover el tema social y ambiental. En Perú tenemos 50 empresas B certificadas y podemos crecer mucho más. Tenemos muchas posibilidades y las empresas peruanas que pueden aprovechar eso como una manera de diferenciarse en el mercado, ya que son negocios que generan un impacto positivo. Ese es el legado que dejamos a la sociedad peruana.

Gerdau busca que nuestros proveedores, clientes y otras empresas repliquen estas prácticas, de manera que el ecosistema sea más sostenible.







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