Al analizar las interacciones alimenticias del cóndor andino en Perú, el investigador Víctor Gamarra-Toledo descubrió que los plásticos formaban parte del proceso alimenticio de esta ave carroñera. Todas las muestras analizadas apuntaban que había trozos de este material en las comidas que había ingerido el animal.
Los resultados indican que el 100 % de muestras recogidas en la zona marino-costera contenían plástico, mientras que en los Andes la cifra llega al 85 %.
A pesar de que no hayan estudios sobre los daños que pueden provocar los plásticos en los cóndores, sí se conoce lo que sucede con otras especies muy similares, como los gallinazos de cabeza negra, ya que este material daña su sistema hormonal, por ello, es probable que los cóndores corran la misma suerte.
El científico cuenta que esta situación lo alarmó, ya que en ningún lugar de Sudamérica se había encontrado tanta cantidad de microplásticos y de plásticos en poblaciones de cóndor andino como en el Perú.
“Nos preocupó encontrar en tantas muestras, plástico, así que, cuando culminamos el trabajo de campo empezamos a revisar las egagrópilas —gránulos formados por alimentos no digeridos que vomitan algunas aves— que habíamos recolectado y nos dimos con la sorpresa de que la cantidad de plástico era excesiva”, comenta Gamarra-Toledo, investigador de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú.
El estudio se realizó en la Reserva Nacional San Fernando, en la región Ica, en la; y en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Pampa Galeras Barbara D’Achille, en la región andina de Ayacucho. “El área entre estas dos regiones representa un corredor biológico entre la cordillera de los Andes y la costa”,
El cóndor andino es una especie emblemática de Sudamérica que habita desde Venezuela, Colombia y Ecuador hasta el sur de Argentina y Chile. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está categorizado como especie Vulnerable de extinción y figura como posiblemente extinto en Venezuela.
Exceso de plástico
Esta situación alarma al especialista, ya que estas poblaciones de cóndores andinos contaminados por plástico habitan en áreas naturales protegidas, alejados de la población y de zonas cercanas a basureros “Esto nos alarma, porque los cóndores están en la parte más alta de la cadena trófica y si probamos que están contaminados de plástico quiere decir que los eslabones que se encuentran debajo del cóndor también están contaminados”, refirió.
Gamarra-Toledo tiene dos hipótesis sobre los plásticos hallados en las aves. La primera guarda relación con una transferencia mediante la cadena alimenticia. Todos los cóndores que viven en la costa se alimentan de especies marinas que ingirieron microplásticos que abundan en el océano.
La situación en los Andes es similar, pero con los camélidos como las vicuñas y alpacas, la principal dieta de los cóndores. En este caso, los camélidos se alimentan de vegetación que ya tiene micro plásticos.
Al tener los cóndores plásticos, toda su cadena alimenticia también está contaminada”, señala el investigador.
La segunda hipótesis pertenece a una contaminación más directa. En este caso se debe a que arrojan animales o restos de carne envueltos en plástico y cuando el cóndor trata de alimentarse de ese animal, consume ese material de manera directa.