La economía mundial, sumergida en una grave crisis financiera y crediticia, está entrando en una zona peligrosa, lo que amenaza los progresos…
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Los cambios registrados en las prácticas crediticias y la revisión general del riesgo crediticio han generado mayor incertidumbre y nuevos riesgos para la economía mundial, lo que ha tenido un impacto negativo en la inversión extranjera directa (IED). En los países desarrollados, el crecimiento económico —uno de los principales impulsores de los flujos de IED de los últimos años— ha disminuido significativamente desde el último trimestre de 2007. Como resultado de esto, en 2008 los flujos de IED se vieron reducidos en un 10% con respecto a 2007, tal como se destacó en el World Investment Report 2008 (Informe sobre las inversiones en el mundo 2008 (pdf)), de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).
La IED constituye un motor de desarrollo y crecimiento muy poderoso en las economías emergentes y de transición. Sin embargo, el actual comportamiento de los mercados financieros internacionales está contribuyendo a generar incertidumbre a la hora de tomar decisiones sobre inversiones a largo plazo.
"Cada vez hay más proyectos, sobre todo proyectos de infraestructura complejos, que se retrasan debido a problemas relacionados con los mecanismos de financiamiento, con lo cual se deteriora aún más la confianza a nivel mundial", declaró James Bond, principal funcionario de operaciones del Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA, por sus siglas en inglés).
Existe un riesgo real de que el restablecimiento de la confianza del mercado lleve su tiempo, lo que podría dar lugar a considerables salidas netas de capital extranjero de muchas economías. "La disminución de las inversiones traerá aparejado un menor nivel de crecimiento. Los países pobres y los de ingreso mediano necesitan nuestra ayuda para controlar el daño y prepararse para la recuperación", agregó Bond.
Necesidad de una respuesta rápida, flexible y coordinada
Una crisis de esta magnitud requiere una respuesta enérgica y coordinada de todas las instituciones pertinentes. El Grupo del Banco Mundial está usando todos sus recursos —financiamiento, asesoramiento, garantías, asociaciones para movilizar la asistencia de otras instituciones, etcétera— para ayudar a los países a enfrentar esta desaceleración y minimizar su impacto.
El MIGA, la principal institución internacional dedicada a promover las IED en economías emergentes y de transición, está especialmente capacitado para desempeñar un papel importante a la hora de ayudar a los países a mejorar el clima para los negocios y atraer inversores, a fin de dar continuidad a las inversiones que generan beneficios en términos de desarrollo.
"Nuestra prioridad en esta época de turbulencias es clara: ayudar a restablecer la confianza en los mercados financieros y potenciar al sector privado para que participe en el desarrollo de los países necesitados", sostiene Bond.
En efecto, el MIGA ha actuado con rapidez para ayudar a los países afectados por la crisis. El instrumento principal —los seguros o garantías contra riesgos políticos— juega un papel decisivo para mejorar el crédito cuando el sector financiero mundial está atravesando por una grave falta de confianza. El año pasado, el Organismo emitió varias garantías en respaldo de préstamos a bancos en Ucrania y la Federación de Rusia.
"Estamos haciendo un esfuerzo adicional por respaldar a los inversionistas”, afirmó James Bond. “Nos complace el hecho de que podamos responder con rapidez para brindar apoyo a bancos europeos que están en plan de recapitalizar a sus subsidiarias en algunos países de Europa oriental".
Ante al fuerte endurecimiento de las normas crediticias, la mejora del crédito mediante la emisión de seguros contra riesgos políticos otorgados por una institución respaldada por el Banco Mundial, que goza de clasificación AAA, y los gobiernos de 173 países miembros i ofrece beneficios económicos considerables a los bancos, lo que les facilita en mucho mayor medida la tarea de recapitalizar a las subsidiarias.
"El MIGA juega un papel fundamental en ayudar de este modo a poner en marcha sectores financieros paralizados y difundir prácticas óptimas para garantizar el buen funcionamiento del sector privado”, explicó Bond. “Ésta es una importante contribución orientada a mantener la estabilidad de los mercados financieros".
Ampliación de los servicios de cara al futuro
El MIGA también está analizando nuevas formas de brindar otras soluciones creativas que permitan satisfacer las necesidades de financiamiento de riesgos de los inversionistas, sobre todo a partir de la crisis financiera.
"Actualmente, el Organismo está elaborando una nueva serie de instrumentos e iniciativas que los que se pueda recurrir para dar una respuesta rápida en épocas de crisis como ésta", señaló Bond.
Gracias a estas iniciativas, que se someterán a consideración de la Junta de Directores del MIGA durante el ejercicio de 2009, este último podrá ofrecer servicios más flexibles a los inversionistas y respaldar su objetivo de ayudar a que las economías afectadas salgan más fortalecidas para retomar la senda del desarrollo.
"El MIGA se compromete a fortalecer su función de apoyo a economías emergentes y de transición castigadas por la crisis financiera mundial. Las iniciativas previstas por el Organismo son coherentes con su mandato y sus prioridades estratégicas, y se centran en áreas donde puede añadir más valor y complementa la labor de otras instituciones", afirmó Izumi Kobayashi, vicepresidenta ejecutiva del MIGA.