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Blog de Josep M. Lozano – El éxito y los valores

La revista Valors ha llegado al número 100 y para celebrarlo publicará un libro de entrevistas, junto con Editorial Proteus, en el que se reflexiona sobre el éxito y la ética. Es una excelente iniciativa. El volumen apunta la tesis de que tener valores, actuar con una cierta ética, no tiene por qué estar reñido con lograr el éxito en los proyectos que uno intenta alcanzar; es decir, tener valores también puede conducir al éxito. Entre los entrevistados que figurarán en el libro hay personalidades destacadas como el ex político Federico Mayor Zaragoza, la modelo Judith Mascó, el periodista Iñaki Gabilondo, la ilustradora Roser Capdevila, la escritora Ana María Matute, el empresario Pablo García-Milà , el cocinero Joan Roca o el publicitario Lluís Bassat, entre otros. Todas ellas, personas que han conocido el éxito.

Con la excusa de este futuro libro, queremos aportar un par de reflexiones sobre el tema que tratará. Hay dos tesis que creemos que sirven de delantal a este proyecto.

Valores éticos y éxito no son incompatibles. Está bien recordarlo en los tiempos actuales donde parece que el éxito es inseparable del dopaje (en el deporte), de la accesibilidad a los gobiernos o a personas influyentes (por parte de determinadas empresas), de las trampas o la opacidad fiscal (por parte de algunos profesionales) o de la corrupción, la mentira y el espionaje (en la política). Si Diógenes apareciera hoy con un farol en medio de la Plaza Catalunya buscando hombres/mujeres virtuosos creemos que, sin duda, los encontraría. Lo extraordinario, sin embargo, radica en el hecho de tener que recordar hoy lo que debería formar parte desde hace siglos de un proyecto civilizatorio. La tesis a recordar, pues, debería ser la contraria: la manera de entender el éxito debería continuar siendo incompatible con la falta de ética. Si esto no se tiene suficientemente claro, en el futuro tendremos que acostumbrarnos a vivir situaciones donde parezca que combinar valores y éxito es como correr una carrera de cien metros vallas mientras otros corren los cien metros lisos.

Los valores pueden conducir al éxito. Esta segunda tesis debe ser también matizada. En primer lugar, decimos a menudo que valores y prácticas deben ser inseparables. Por tanto, sólo con valores no es suficiente. Juan Roca debe ser un excelente cocinero y dominar el oficio y crear buenos platos, y además debe actuar profesionalmente de manera honesta y sin engaño. Con la honestidad personal, sin embargo, no hay suficiente, es necesaria también la excelencia profesional. En el extremo, una buena persona inútil tendrá valores, pero no está claro que alcance el éxito profesional. Segundo, y para complicarlo más, en determinados contextos algunos valores pueden conducir al éxito, otros puede que no. Por eso debemos saber adecuar valores y contextos. A veces, la falta de éxito no deriva de la falta de valores, sino de la elección o defensa de valores no adecuados a las situaciones. Y en tercer lugar, el peligro de airear demasiado la relación entre valores y éxito puede tener un efecto boomerang en manos de determinados brujos del marketing, como decir que es necesario que las empresas «vendan autenticidad». En estos casos, pasamos fácilmente de la moralización del management a la mercantilización de la virtud. Y entonces los valores se convierten en un simple cebo, el mejor «teatro de operaciones» para pescar clientes en medio de un mar agitado y oscuro.







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