El 2025 se encamina a convertirse en el segundo año más caluroso jamás registrado, según los últimos análisis climáticos internacionales. Las proyecciones muestran un ascenso sostenido de las temperaturas globales, impulsado por el calentamiento oceánico, la persistencia de El Niño y el incremento de emisiones que no cede.
Este escenario refuerza las alertas de la comunidad científica y plantea riesgos para regiones altamente vulnerables como América Latina. Desde sequías prolongadas hasta eventos extremos más frecuentes, los impactos podrían intensificarse si no se aceleran las medidas de mitigación y adaptación en los próximos meses.
¿Por qué el 2025 se perfila como uno de los más calurosos jamás registrado?
Los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus confirman que el planeta se acerca peligrosamente al umbral de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, límite crítico fijado en el Acuerdo de París para evitar impactos catastróficos.
La aceleración del calentamiento en los últimos años ya está alterando la estabilidad climática y generando consecuencias profundas para economías, ecosistemas y comunidades vulnerables.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que la racha de temperaturas extremas no muestra señales de desaceleración. Casi cada año, entre 2015 y 2025 figura entre los más cálidos de los últimos 176 años, mientras que los tres últimos, 2023, 2024 y 2025, constituyen los más calurosos jamás documentados.
Solo entre enero y agosto de 2025, la temperatura media global alcanzó los 1,42 °C ± 0,12 °C por encima del promedio preindustrial. Copernicus añadió que noviembre de 2025 fue el tercer noviembre más cálido registrado, con una anomalía de 1,54 °C, un aumento que ya se traduce en tormentas, inundaciones y olas de calor más severas.
La OMM señaló que los fenómenos extremos ocurridos hasta agosto, lluvias torrenciales, inundaciones, incendios de gran magnitud y episodios de calor extremo, han generado desplazamientos, afectado medios de vida y comprometido la seguridad alimentaria en varias regiones.
La situación en los polos acentúa la alarma: el Ártico registró su menor extensión de hielo marino tras el invierno, mientras que la Antártida se mantuvo muy por debajo del promedio anual. El nivel del mar continúa aumentando, pese a una ligera pausa temporal atribuida a variaciones naturales.
Organismos internacionales advierten crecida del calor en la Tierra
El organismo también informó que las concentraciones de gases de efecto invernadero y el calor acumulado en los océanos alcanzaron niveles inéditos en 2024 y siguieron subiendo en 2025, impulsados por la quema de combustibles fósiles.
Copernicus advirtió que el promedio trienal 2023-2025 superará por primera vez el umbral de 1,5 °C. “Estos hitos no son abstractos: reflejan el ritmo acelerado del cambio climático y la única manera de mitigar el aumento futuro de las temperaturas es reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero”, afirmó Samantha Burgess.
El secretario general de la ONU, António Guterres, reforzó este mensaje durante la Cumbre Climática de Belém: “En cada año en que se supere el umbral de 1,5 °C, las economías se verán severamente afectadas, se exacerbarán las desigualdades y se producirán daños irreversibles. Debemos actuar ahora, con gran rapidez y a gran escala”.









