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Stakeholders Año 2 – Nº 12

Todos sabemos que la educación pública en el Perú se encuentra en crisis al igual que en el resto de América Latina, por eso es saludable ver todos los esfuerzos que está haciendo el Gobierno por mejorarla. El gran problema es que muchos creen que esta es una labor única y exclusivamente de nuestras autoridades…

Stakeholders Año 2 – Nº 12

Todos sabemos que la educación pública en el Perú se encuentra en crisis al igual que en el resto de América Latina, por eso es saludable ver todos los esfuerzos que está haciendo el Gobierno por mejorarla. El gran problema es que muchos creen que esta es una labor única y exclusivamente de nuestras autoridades.

En esta edición presentamos tres buenos ejemplos de cómo el esfuerzo del empresariado a través de capacitaciones, donaciones y concursos ayudan a este deseo de cambio de todos los peruanos, con la idea final de que muchas otras entidades, en la medida de sus posibilidades, se sumen a esta cruzada. El magisterio necesita capacitación y aunque muchos profesores tienen la voluntad de hacerlo, en la mayoría de casos, no cuentan con los recursos necesarios y es en ese punto donde la empresa privada puede participar.

La educación pública debe de ser uno de los pilares de desarrollo del país que todo Gobierno, sin excepción, debería realizar porque con una buena educación moderna, justa e inclusiva se empiezan a acortar las brechas sociales y se combate a la ignorancia que tanto daño le hace a nuestras naciones latinoamericanas.

Un ejemplo de educación lo tenemos en las campañas que, a nivel local, diversas entidades financieras han empezado a realizar para darle pautas a toda la población en general sobre cómo manejar sus finanzas, utilizando para ello la televisión, prensa escrita, etc., interés que responde a que cada vez tenemos consumidores más informados y preocupados, y a la amenaza de que la crisis económica de Estados Unidos repercuta en nuestro país. El crecimiento económico que hemos experimentado en los últimos tiempos ha conllevado a un movimiento de capital que se ve reflejado en el incremento en créditos o préstamos de consumo, vehiculares, hipotecarios entre otros.

Nuestra economía puede detenerse o desacelerarse por lo que es necesario que todos tomemos conciencia y conozcamos nuestra capacidad de gasto. Es importante por ejemplo, saber cuantas tarjetas de crédito podemos manejar, de acuerdo a nuestras posibilidades. Por ello, resultan saludables todas estas acciones de enseñanza y de prevención para que, de llegar a afectarse nuestra economía, la población no sea la más perjudicada.

 
 
 
 






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