
La aviación comercial, fundamental para la conectividad global, también representa una fuente significativa de residuos. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el sector genera más de 3.6 millones de toneladas métricas de residuos de cabina y catering al año, de los cuales aproximadamente el 65% corresponde a alimentos y envases desechados, lo que refleja la urgencia de adoptar modelos más sostenibles para reducir el impacto ambiental de cada vuelo.
El Día Mundial del Reciclaje, que se celebra cada 17 de mayo, nos recuerda justamente la importancia de reducir, reutilizar y revalorizar materiales en todos los sectores, incluida la aviación.
En este contexto, es clave que las aerolíneas adopten un enfoque integral que les permita optimizar el ciclo de vida de los productos a bordo y reducir significativamente el volumen de residuos.
Esto implica implementar sistemas de recolección y separación más eficientes, así como eliminar progresivamente los plásticos de un solo uso, sustituyéndolos por materiales reciclables o compostables.
Un ejemplo concreto es el grupo Air France-KLM, que ha logrado que más del 80 % de los residuos generados en sus vuelos de larga distancia sean reciclables y ha retirado más de 100 millones de artículos plásticos desde 2018.

Acciones para mitigar el cambio climático en el sector aéreo
La gestión responsable de residuos no debe limitarse únicamente a la cabina. En el transporte de carga, también es fundamental aplicar principios de economía circular mediante innovaciones como pallets más livianos y reciclables, la reutilización de insumos y la digitalización de procesos logísticos, lo que contribuye a reducir tanto el volumen de residuos como el consumo de combustible.
Además, la renovación de flota con aeronaves de última generación resulta indispensable para alcanzar los objetivos climáticos del sector. Modelos como el Airbus A350, con menor consumo de combustible y menor impacto acústico, representan un paso clave en este proceso.
Por su parte, el grupo ya cuenta con un 27% de su flota compuesta por estos aviones y proyecta alcanzar el 80 % hacia 2030.
El uso de Combustible Sostenible de Aviación (SAF) se perfila como una de las estrategias más efectivas para descarbonizar la aviación. Las aerolíneas del grupo han asumido un rol activo en esta transición, con el compromiso de integrar al menos un 10 % de SAF en todas sus operaciones hacia 2030, y acuerdos que permitirán incorporar hasta 1.5 millones de toneladas en los próximos años.
Este tipo de acciones marca el rumbo que la industria debe seguir si se aspira a una aviación más eficiente, resiliente y alineada con los desafíos ambientales del presente.