
A pesar de que los fenómenos climáticos extremos en el Perú son predecibles y recurrentes, la falta de inversión en prevención ha dejado al país en una situación crítica. Hasta la fecha, las intensas lluvias han cobrado la vida de 46 personas, han dejado más de 8,500 damnificados y han afectado infraestructuras clave, como puentes, carreteras y colegios. Mientras tanto, ningún nivel de gobierno ha ejecutado la totalidad del presupuesto destinado a mitigar estos desastres.
Infraestructura al límite: puentes colapsados y comunidades aisladas
El colapso del puente de Chancay el último viernes, que dejó tres muertos, es solo un reflejo del deterioro estructural que enfrenta el país. Según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), ya son 45 puentes destruidos y 106 afectados en distintas regiones. Además, las vías de comunicación han sufrido graves daños, dejando incomunicadas a cientos de comunidades.
“Estos eventos no son sorpresivos. Sabemos que las lluvias llegarán cada año, pero seguimos reaccionando en vez de prevenir”, señala Carlos Fernández, especialista en gestión de riesgos. “Sin infraestructura resiliente y sin una inversión efectiva en prevención, cada temporada de lluvias se convierte en una catástrofe anunciada”.
En regiones como San Martín y Huánuco, los sistemas de drenaje colapsaron, inundando viviendas, colegios e iglesias. “Nuestro distrito está sumergido. No tenemos apoyo suficiente ni herramientas para enfrentar esto”, lamenta Julia Ramos, dirigente vecinal de Yuracyacu, Rioja.
Pronósticos alarmantes y un riesgo latente de desbordes
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) advierte que las lluvias continuarán con fuerza hasta el 21 de febrero, afectando 18 regiones, con acumulaciones de hasta 60 mm/día en la selva norte y 55 mm/día en la costa norte. Además, varios ríos, como el Huallaga y el Higueras, han alcanzado niveles críticos, aumentando el riesgo de desbordes e inundaciones.
“La situación se complica aún más cuando vemos que la infraestructura de prevención no se ha fortalecido en los últimos años”, indica Patricia Valverde, experta en sostenibilidad y cambio climático. “El problema no es solo el clima, sino la falta de planificación y ejecución del presupuesto destinado a reducir estos impactos”.
¿Dónde está el presupuesto para prevención?
A pesar de que en 2024 se destinó un monto significativo a la prevención de desastres, hasta la fecha ningún nivel de gobierno ha ejecutado el 100 % de estos fondos. Esto pone en evidencia las deficiencias en la gestión pública y la urgencia de implementar políticas efectivas para fortalecer la resiliencia del país ante fenómenos climáticos extremos.
“Es inaceptable que, con el dinero asignado, sigamos viendo casas destruidas, familias damnificadas y puentes colapsados”, critica el ingeniero civil Mario Salinas. “Invertir en sostenibilidad y prevención no es un lujo, es una necesidad urgente”.
Mientras tanto, las comunidades afectadas siguen esperando respuestas concretas y acciones inmediatas para enfrentar una temporada de lluvias que aún no ha terminado.
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