Por Stakeholders

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Los grandes proyectos mineros no son los únicos valiosos aportes a la producción minería en el Perú. La pequeña minería y la minería artesanal son también un grupo eje en el desarrollo del sector. Sin embargo, hay puntos a observar para la mejora de esta fracción, donde la formalización minera juega un papel fundamental.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

 

Según el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), hasta el momento hay cerca de 55 mil pequeños mineros en proceso de formalización en todo el país; una cantidad considerable en la que el Estado debe asegurar la finalización de su acreditación. Tal tramitología administrativa es necesaria, ya que termina por autenticar a este grupo dentro de los márgenes de la pequeña minería (PM) y la minería artesanal (MA).

A partir de esto, hay que reconocer que la formalización es un factor clave en lo que respecta al desarrollo de la PM y la MA. Sin embargo, hay puntos en este proceso como la burocratización, la adjudicación de licencias, la comercialización, entre otros, que merecen un urgente tratamiento para hacer de la formalización un mecanismo
fructífero.

También hay que considerar el apoyo del Estado en esta tarea, ya que existen dependencias como el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET) que buscan ayudar en asuntos de formalización y promoción a la pequeña Minería; esto en el marco de la Ley N° 27651: Ley de Formalización y Promoción de la Pequeña Minería y la Minería Artesanal.
En este contexto, para la presente nota fue entrevistado Mauricio Winkelried, gerente del Programa Minería de Solidaridad Perú, quien brindó un panorama sobre la situación que atraviesa la PM y la MA. En estadísticas, él resaltó la fundamental presencia de este grupo a nivel mundial y en el Perú.

“Desde una perspectiva laboral, la minería de pequeña escala representa el 90% del total de la mano de obra minera disponible en el mundo, así como entre el 10 % y el 15 % de toda la producción mundial -al menos ese es el caso del oro-. La minería de pequeña escala es “pequeña” sólo en nombre.

Cabe resaltar que en nuestro país, las empresas mineras de pequeña escala se dedican principalmente a la actividad aurífera”, sostuvo.

Por otro lado, antes de continuar que recalcar que hay una sustancial diferencia entre el PM y el MA. Así, según la ley que mencionamos en el tercer párrafo de este artículo, el PM posee un título de hasta 2.000 hectáreas (ha) y el MA uno de hasta 1.000.
La Dirección General de Minería del Ministerio de Energía, Minas e Hidrocarburos (Minem) es la que otorga la correspondiente acreditación cada dos años a través de una declaración jurada.

En lo que se refiere a los obstáculos que enfrenta la formalización, Stakeholders conversó con Manuel Reinoso, un pequeño minero que cuenta con una larga trayectoria en la función de esta actividad y que participó en el conversatorio “Pequeña Minería y Minería Artesanal”: Oportunidades y Desafíos” en el Auditorio del Consejo Nacional del Colegio de Ingenieros del Perú. Este último evento, contó con la presencia de representantes de distintas instituciones involucradas en el sector.
Reinoso, quien vive la efervescencia del día a día en la pequeña minería y que afronta sus dificultades, habló de un aspecto clave: la comercialización y la poca rentabilidad que tiene el productor minero de pequeña escala, obstáculos que también impiden acceder a la formalización.

“No tiene la rentabilidad adecuada el minero, ya que esto va por varias manos. Primero, tú vendes al copiador de la mina, después él le vende al del distrito y de ahí se va a la región; y este último lo trae a Lima para que un copiador grande lo venda a otros que exportan. Entonces, no gana el pequeño minero y el Estado tiene que ver la forma de cómo el minero pueda exportar directamente para que tenga más rentabilidad y pueda invertir”, explicó.

Si bien es cierto que, por un lado, necesitamos que los mineros a pequeña escala se formalicen; por otro, también es importante que el Estado brinde las herramientas y las regulaciones acordes a la realidad que afrontan. En ese sentido, él fue enfático en su crítica a los procesos que tiene que asumir para desplegarse.

“Se tiene que mejorar la comercialización, sino el minero no come. El que vende 15 gramos, 20 gramos, no está regulado; entonces la Sunat piensa que todos tienen que tener todo, que los que venden esa cantidad tienen que tener toda la contabilidad completa. No ayuda. Se tiene que sacar distintas licencias como de mercurio, de lavado de activos, de cuentas corrientes, etc. Lo más difícil es ir a sacar a la Sunat varios permisos; por ejemplo, cuando tienes que tener el polvorín y, si no lo tienes, no puedes tener explosivos en la
manos”, relató.

En la misma línea, Mauricio Winkelried abordó otro de los inconvenientes que hay en el proceso de la formalización. Y es que la mayoría de los pequeños mineros se encuentran laborando en concesiones mineras en las que ellos no son los titulares, un requerimiento necesario para la formalización. En esta problemática, el Programa Minería de Solidaridad Perú viene trabajando en “Sinergias de oro” para una influencia positiva.

“Desde Solidaridad se tiene la visión de que la minería de pequeña escala sea un sector más formal, más seguro y más productivo a través de la implementación de soluciones innovadoras de mercado. Es bajo esta visión que se da origen al modelo de negocio de valor compartido que hemos denominado “Sinergias de oro”, que tiene el objetivo de maximizar la productividad entre la minería de pequeña escala y la gran minería, a partir de una relación de coexistencia responsable y sinérgica”, sostuvo.

Otra precisión necesaria, es la correcta distinción de un minero ilegal de uno informal a pesar de que no existe con exactitud una delimitación. Como una de las características, el primero de ellos se desempeña en un territorio prohibido (reservas naturales, sitios arqueológicos, etc.) a diferencia de un minero informal, además que este último ya se encuentra en un proceso de formalización para su identificación como un PM o un MA.

No obstante, al margen de algunas precisiones conceptuales y de los pendientes de las autoridades con la PM y la MA, no hay que olvidar la rigurosidad que igual debe de tener la minería a pequeña escala para que esta sea una minería sostenible y responsable; es decir, los aspectos como el ambiental, el social y el técnico requieren una adecuada atención. Al fin y al cabo, la tarea de es de todos y todas, y en esto las diversas organizaciones tienen un rol clave.

 







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