Por Stakeholders
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Más de 60 incendios forestales asistidos por brigadas en lo que va del año se registran en Cusco, así lo informó la Compañía de Bomberos Miguel H. Milla, Cusco-39, un promedio de 140 menos que en el 2022. Sin embargo, las cifras podrían elevarse en los próximos tres meses.
José Arellano Camacho, brigadier y comandante departamental de Bomberos, señaló que se ha ingresado a un estrés hídrico producto del cambio climático que enfrenta Cusco, el país, Latinoamérica y el mundo, lo cual requiere acciones de la población en conjunto.
Agregó que el año pasado se registraron más de 650 incendios forestales en las trece provincias, desde Espinar (zona alta) hasta La Convención (amazonia), y este año el panorama muestra un posible descenso, pero que podría revertirse.
Según pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) los meses de setiembre, octubre y noviembre, se evidenciaría ese estrés hídrico con mayor magnitud, lo cual conduciría a la aparición de incendios forestales.
“Por ahora los incendios se han estado registrando en zonas altas Canas, Acomayo, Paruro, Espinar lugar donde hay pajonales y se registran vientos”, comentó Arellano Camacho, explicando que estas no se extendieron por varios días como años atrás, ya que fueron atendidos con rapidez.
La cifra exacta de los incendios forestales, sucedidos al menos hasta el último fin de semana, es de manejo del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (Coer), ya que en Cusco solo hay 15 compañías de bomberos con 1,180 brigadistas que están alertas.
“Los bomberos no cuentan con estaciones en todas las provincias como en el caso de Paruro, Acomayo y Chumbivilcas”, indicó, y a la vez afirmó que en estos lugares como en el resto de las provincias hay estrecha coordinación con autoridades regionales, provinciales y distritales, para impedir el aumento de incendios.
El comandante departamental de bomberos explicó que los incendios en lo que va del año no ocasionaron muertes como años atrás, sin embargo, exhortó tomar conciencia y evitar los siniestros por ofrendas a la madre tierra o Pachamama, watias o encendido de honor de barro pequeño a leña en lugares liberados, como los roses o quema para liberar de pastos campos de cultivo.
Cabe resaltar que el provocar un incendio está sancionado. Así lo señala el Artículo 310 del Código Penal: «Será reprimido con pena privativa de libertad el que, sin permiso, licencia, autorización o concesión otorgada por autoridad competente, destruye, quema, daña o tala, en todo o en parte, bosques u otras formaciones boscosas, sean naturales o plantaciones».
Una persona que ocasiona un siniestro puede ser sentenciado de 4 a 6 años de cárcel y prestación de servicios comunitarios de 40 a 80 jornadas, y en su forma agravada la pena aumenta a entre 8 y 10 años de cárcel.
