Es conocida la importancia del reciclaje para el medio ambiente, pero ¿qué más se puede conseguir gracias a esta práctica? Lo avanzado hasta ahora por las universidades da una muestra importante de ello.
Por: Marco Minaya
mminaya@stakeholders.com.pe
En muchos países del mundo se celebró el 17 de mayo el día internacional del reciclaje. Hecho importante, dado que solo en Lima se producen 7,000 toneladas de basura al día, de las cuales un 45% son residuos sólidos no degradables. Sin embargo, solo un 15% de estos son reciclados, señaló Albina Ruiz, presidenta de la ONG Ciudad Sostenible. En el Perú son varias las organizaciones que le dan importancia al tema, entre ellas las universidades, las mismas que encuentran en el reciclaje un medio transcendental para preservar el medio ambiente. No obstante, ¿qué han logrado las comunidades universitarias al respecto?
Primero hay que aclarar que el aspecto medioambiental es un elemento importante de las iniciativas de responsabilidad social que habitualmente desarrollan diversas organizaciones. Es así que en el ámbito de las universidades, las iniciativas medio ambientales no solo deben limitarse a implementar procesos de reciclaje en sus campus para cumplir con este aspecto, sino que además tienen que establecer un valor agregado, cumpliendo acciones como campañas de sensibilización, involucramiento con toda la comunidad, charlas informativas y otros aspectos.
PUCP
En la Pontificia Universidad Católica del Perú se desarrolla el proyecto “Campus Sostenible” con el fin de fomentar iniciativas que fortalezcan la gestión ambiental del campus para prever y mitigar los impactos ambientales, así como a impulsar la participación de la comunidad universitaria. Además, el fin de este proyecto es que los residuos del campo sean aprovechados para un fin social. Para Joan Macchiavello, Jefa del área de Desarrollo Organizacional de la Dirección Académica de Responsabilidad Social, este proyecto nace por la necesidad de articular distintos actores dentro del campus con la finalidad de promover buenas prácticas ambientales a través de la gestión y educación.
Un ejemplo de lo conseguido hasta ahora es que, más allá de tener 400 contenedores de 140 litros en las 40 hectáreas en el campus y que las botellas de plástico, se está formando una cadena de reciclaje que tiene la universidad y que desemboca en ANIQUEM gracias a una alianza que se tiene con esta institución. Resulta
Universidad de Lima
Jorge Sanabria, ingeniero industrial y coordinador del Centro de Estudios Ambientales (CEA) de la Universidad de Lima, indicó que se vienen realizando año tras año diversas labores como las charlas verdes en las que se trata de enseñar cómo genera cómo a través de nuestra actividad diaria, personal, pero también empresarial, se puede ser responsable con el medio ambiente. Esto ha generado que los trabajadores y alumnos tomen más conciencia sobre la relevancia de reciclar.
En cuanto a lo conseguido, mencionó que existen 7 puntos ecológicos que proporcionan 10 contenedores para envases de vidrio; adicionalmente el campus cuenta con 32 contenedores de papel, cuyo contenido es exclusivo para el Grupo Fundades, institución que desde 2011 hasta 2014 ha recibido por parte de la universidad 360 kilos en envases de vidrio, además de 41.8 toneladas de papel reciclado en el mismo lapso de tiempo.
Pero no solo trabajan con Fundades, y es que se le brindó 3.7 toneladas de envases PET a la ONG ANIQUEM entre los años 2013 y 2014, mientras que la también ONG Tierra y Ser recibió 240 kilos de tapas pertenecientes a envases plásticos, cantidad con la que, por ejemplo, se pudieron elaborar, gracias a su reciclaje, cuatro andadores y una silla de ruedas para personas que puedan necesitar estos accesorios.
Universidad del Pacífico
En ese contexto, Alberto Molina, Coordinador de Proyectos del Centro de Gestión Responsable de la UP, señaló que para que el proceso de segregación sea el más adecuado fue necesario tener charlas tanto con el personal de limpieza como el administrativo. No descartó la idea de incluir en un futuro a los concesionarios de las cafeterías y el personal de seguridad. De esta manera, lograr un mayor alcance al momento de sensibilizar a toda la comunidad universitaria.
Asimismo, el factor investigación es un proceso que, según Molina, es fundamental para realizar un trabajo continuo a largo plazo para el desarrollo de sus actividades. Por ello, aseguró que, antes de establecer diversos puntos de reciclaje en cada piso del campus, fue necesario realizar un estudio de categorización de la basura. Con ello, se busca lograr una identificación acerca los puntos de acopio de residuos.
Lo importante, según Molina, es que de acuerdo a un estudio realizado dentro de la universidad el 77% de los residuos fueron segregados adecuadamente en el tacho. Según su punto de vista, estas cifras expresan que el sistema de reciclaje está funcionando.
Universidad Peruana Cayetano Heredia
En la UPCH se han ubicado tachos de colores que colaboren con la segregación, pero para Raúl Loayza, coordinador de la Dirección de Responsabilidad Social de esta casa de estudios, no es suficiente con implementar tachos que ayuden con la segregación de los residuos, sino que también es necesario sensibilizar a la comunidad universitaria para que puedan hacer uso correcto de ellos. El gran problema, según Loayza, radica en la equivocación que mantienen los estudiantes al momento de arrojar los residuos en los tachos, lo cual genera desorden y un proceso más largo de segregar.
Frente a ello, resaltó algunas acciones concretas como campañas de sensibilización, concursos de reciclaje, apoyo a pequeños proyectos dentro del campus, entre otros para estimular las buenas prácticas relacionadas al reciclaje. Empero, enfatizó que el tiempo es crucial para adoptar mejores prácticas a largo plazo que fomenten en la comunidad universitaria una mejor participación.
Observando la forma en la que las universidades están trabajando en el tema del reciclaje, queda en evidencia que este proceso, llevado a conciencia y correctamente, no solo protege el medio ambiente, sino que también sirve para el beneficio social de quiénes más los necesitan, y es que son organizaciones como Fundades y ANIQUEM, las que, en alianza con las casas de estudio, se encargan de derivar lo obtenido en reciclaje para el beneficio de personas que requieren de ayuda para mejorar su estilo de vida.