Por Stakeholders

Lectura de:


Por Chriss Ríos

El Perú es el sexto país productor de oro en el mundo, tiene en su cartera de inversiones US$2.657 millones destinados a proyectos mineros de oro y plata; sin embargo, el impacto económico de este sector aún está lejos de ser el más óptimo y equitativo. Siendo el Perú un territorio aurífero para la minería al contar con aproximadamente 2.800 toneladas métricas de reservas auríferas, ¿Por qué resulta complicado explotar esta riqueza al máximo y obtener así un beneficio para todos los actores sociales?

A puertas de iniciarse un nuevo gobierno, gran parte de las expectativas giran en torno a este tema, el cual representa uno de los más complejos e importantes desafíos del electo presidente.

LOS ENEMIGOS DEL DESARROLLO

José Miguel Morales Dasso, Presidente del 12° Simposium Internacional del Oro y la Plata, manifiesta que en la actualidad la minería aurífera se encuentra estancada. “Hay proyectos grandes y muy interesantes, pero lamentablemente no están en desarrollo. Los responsables de obstaculizar su buen desempeño son los conflictos sociales”, aseguró.

Ante esta problemática nacional, Morales Dasso explicó que la raíz del asunto está en la ausencia total del Estado. “La realidad es esta: solo las comunidades aledañas a los proyectos mineros reciben beneficios, las que están más alejadas no obtienen absolutamente nada y es ahí donde se origina el problema”, expresó. “Los contrastes siempre van a generar conflictos y para que eso se evite, el gobierno debe manifestarse con agua, luz, hospitales, desagüe, carreteras, etc. Y hacer que estas personas se sientan por fin parte del desarrollo” puntualizó.

Para Guillermo Medina, Coordinador Nacional de la Iniciativa “Oro responsable”, la discontinuidad en las acciones también es un factor trascendental en el estancamiento de la minería aurífera. “Cada cambio de régimen hace borrón y cuenta nueva; no implementa las acciones del gobierno anterior y eso genera que no hayan avances a largo plazo“, enfatizó.

“Lo único que puedo rescatar de la gestión saliente es la creación del IGAC (Instrumento de Gestión Ambiental Correctivo), pues nos ha ayudado mucho en el tema de regulación.” A diferencia de Medina, Morales Dasso no tiene nada que rescatar y afirma que la inacción ha sido la característica principal de este régimen con respecto al tema.

“No hizo nada y lo que quiso hacer lo hizo por la fuerza. Hay que aprender a ser civilizados. La mina no es del Estado”. Asimismo, ambos especialistas coincidieron en que el éxito de la minería se ve frenado abruptamente por la burocracia y los trámites engorrosos que implica la formalización. “Esto se tiene que acabar, he ahí otro gran problema.

Son 225 trámites para formalizarse y luego de eso te toca hablar y pactar con las comunidades. Es algo complicadísimo de nunca acabar” contó Morales Dasso. Agregó que “solo destrabando este proceso, el PBI del Perú crecería 2 o 3 puntos, sin que siquiera se haya invertido un sol”.

Destacó la presencia de Mercedes Araóz como vicepresidenta del Perú, aludiendo que es una persona que conoce “a este monstruo por dentro” y por ende tendrá la habilidad y experiencia necesarias para resolver con acierto estos problemas.

“Hay mucho por hacer en términos de viabilidad, sin las facilidades del caso este sector opta por la informalidad y la que pierde es nuestra economía. No es posible que solo los que tienen tiempo, paciencia y plata tengan posibilidades de formalización “afirmó Guillermo Medina. Además, aseveró que fue por esta razón que, en los últimos años, el Perú pasó de ser el quinto productor mundial de oro a ser el sexto. “Tenemos la obligación de recuperar nuestro estatus” acotó.

TIEMPO DE GRANDES RETOS

Siendo este el panorama, lo que el próximo gobierno tiene que aplicar es una urgente política desburocratizadora, dado que solo así se va a fomentar realmente la formalización minera. Paralelo a esto, el presidente electo debe ir a la zona, establecer diálogos, determinar las necesidades más urgentes y abastecer a la gente de un derecho tan fundamental como lo son los servicios básicos. De esta manera, ellos también se sentirán parte del flamante progreso económico y finalmente, se pondrá punto final a los conflictos sociales.

“Por más que hayan sido pocas las obras del gobierno de Ollanta Humala en cuanto a minería, Pedro Pablo Kuczynski tiene que darle continuidad a aquello que se hizo. Que analice todas las falencias y vacíos legales para que de acuerdo a eso se trabaje en la solución”, concluyó Medina.

“Menos teoría y más ejecución. El interés de los inversionistas está latente, solo en Asia tenemos un 70% de demanda, es decir, tenemos todo para hacer que esto funcione. La meta es crecer en un 5% anual durante los próximos cinco años. Si esto se llega a conseguir, el Perú se convertiría en un país casi del primer mundo” finalizó Morales Dasso con evidente optimismo.

Todos debemos tener en cuenta que el progreso del Perú no se limita a un solo gobierno, sino a la continuidad y perfeccionamiento de sus obras en el tiempo. Lo que una gestión ahora siembre, muy probablemente otra lo va a cosechar en un futuro. En esa visión global e integradora del desarrollo de un país está la clave.

Como bien dijeron los especialistas, “Tanto la minería, como la agricultura y el turismo deben funcionar bajo los mismos parámetros y echarse a andar hacia una misma dirección. Si todos nos unimos y empujamos el carro, lo que se le viene en los próximos años al Perú es algo realmente grande”.

Lee más contenido de la Revista Stakeholders aquí






Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.