POR MARCO MINAYA
mminaya@stakeholders.com.pe
Según el Ministerio de Ambiente (Minam), se produce un promedio de 23 mil toneladas de basura diariamente en el Perú. Estos residuos deberían recibir un tratamiento adecuado para no provocar un impacto ambiental negativo. En este escenario, Stakeholders conversó con Christian Cárdenas, gerente de Investigación y Desarrollo de Séche Group Perú, quien compartió el modelo de economía circular que desarrolla la empresa en el sector de residuos peligrosos.
¿En qué consiste la labor que como Séche Group Perú realizan en relación a los residuos peligrosos?
Lo que buscamos es transformar desafíos ambientales en soluciones sostenibles. Tenemos distintos servicios que están orientados hacia la gestión de residuos de todo tipo. De esta forma, venimos implementando un enfoque de economía circular en todos los servicios que ofrecemos. En ese sentido, realizamos un servicio integral de residuos sólidos, incluyendo la cadena de recojo, acorte y solución final del residuo en sí. Esto permite brindar a nuestros clientes un servicio completo que puede partir desde la recolección de residuos peligrosos hasta la entrega de documentación certificando el tratamiento y la disposición final de los mismos, ya que contamos con todos los permisos y certificaciones de calidad en cada uno de nuestros procesos.
Por ejemplo, contamos con un horno que es el más grande de Sur América. Es el único que tiene recuperación energética, con una capacidad de tratamiento anual de más de 100 mil tonelada al año. A nuestro horno llegan los residuos hospitalarios, no necesariamente los contaminados con agentes patógenos, ya que estos entran en la categoría de bio contaminados.
¿Con qué instituciones trabajan hasta la fecha?
En el sector de salud, trabajamos con el 80 % de clínicas particulares y diversos hospitales importantes del sector público.
¿Qué tipo de residuos gestiona la empresa y de qué forma éstos son tratados?
Con el tratamiento de residuos patogénicos o infecciosos, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que la incineración, con el fin de prevenir todo tipo de riesgos de infección mayor, ya que existe la posibilidad de que alguien se pinche el dedo con una jeringa contaminada o algún otro tipo de desecho, lo cual no quiere decir que esté prohibido llevarlo a un relleno. Lamentablemente, nuestra legislación aún permite que estos residuos sean enterrados y se recomienda la incineración.
Aparte de esto, contamos con el servicio de disposición final. Tenemos un proyecto que cumple con todas las licencias y los permisos, en un terreno propio y no concesionado. En un espacio de 60 hectáreas, hacemos el análisis químico antes de empezar el proceso, ya que tenemos que asegurarnos que lo que lleva el relleno no sea radiactivo o explosivo.
En resumen, gestionamos los residuos peligrosos, no peligrosos y los bio contaminados, que son los patógenos. Sin embargo, no gestionamos los residuos comunes por un tema de costos. Cabe mencionar que los residuos peligrosos están dentro de los que tienen un alto nivel de peligrosidad, como son los explosivos, tóxicos y contaminantes que puedan causar daño al suelo, ambiente, agua, etc.
Cada uno de ellos recibe un tratamiento distinto. Dentro de los peligrosos, hay algunos que pueden ser enterrados, hay otros que se deben incinerar que son los bio contaminados. Existen otros que deben ser estabilizados, como por ejemplo el mercurio líquido que viene en los termómetros antiguos.
Por último, ¿Cómo vienen abordando el tema de la economía circular?
En relación a la economía circular, estamos trabajando en una campaña estratégica, porque consideramos que somos los únicos que estamos aplicando el tema de residuos peligrosos. No es fácil hablar de aquellos residuos que son peligrosos, dado que implica un mayor cuidado, costo y riesgo.
En la parte de iniciativas vinculadas a este ámbito de la sostenibilidad, venimos estudiando proyectos pilotos para saber cómo podemos emplear la mezcla con todo tipo de residuos. Nuestra idea en general es ver el tratamiento de residuos que no tienen solución, y buscar una solución para reducir la huella de carbono.
Nuestro plan es empezar con una idea de combustibles, en base a las bio masas. Que sean un producto no de una extracción directa, sino de una segunda vida y de valorizar un residuo.