Por Stakeholders

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La pandemia ocasionada por la COVID-19 no solo ha representado un reto para que las organizaciones se reinventen, sino que también ha dejado en claro la importancia de incluir una mirada sostenible en el proceso.

Cada vez más empresas buscan incorporar la sostenibilidad de manera transversal. Es en este contexto que aparecen los tan mencionados “criterios ASG”, que incluyen a los factores ambientales, sociales y de gobernanza corporativa que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa.

Es válido preguntarse: ¿cuáles son los beneficios que traen estos criterios? Una investigación realizada por la consultora Mc Kinsey resalta que la incorporación de los criterios ASG se vincula a la creación de valor de manera directa. Asimismo, el informe también propone al menos cinco formas en las que la incorporación de estos aspectos crea valor a la empresa.

  1. Crecimiento de los ingresos

La investigación de McKinsey ha demostrado que los clientes están dispuestos a pagar para «ser ecológicos». De igual manera, en otro estudio realizado por la consultora, se observó que casi la mitad (44%) de las empresas encuestadas identificaron las oportunidades de negocio y crecimiento como el impulso para iniciar sus programas de sostenibilidad. Esto demuestra que la incorporación de estos criterios también puede impulsar las preferencias de los consumidores.

  1. Reducción de costos

El primer paso para obtener valor comienza con el reconocimiento de la oportunidad. El estudio confirma que es posible reducir los costos de operaciones, materias primas y el uso de servicios básicos (agua, electricidad, entre otros), si se aplican los criterios ASG. Según las investigaciones de McKinsey, en las empresas donde se han ejecutado estrategias de sostenibilidad exitosas y a un mayor nivel, se han obtenido variaciones de hasta un 60% en costos.

  1. Reducción de las intervenciones normativas y legales

La investigación afirma que una estrategia ASG ayuda a reducir el riesgo de las empresas de sufrir una acción gubernamental adversa y, que incluso puede generar que el Gobierno apoye la iniciativa. Según el análisis, aproximadamente un tercio de los beneficios de las empresas está en riesgo por la intervención del Estado. Una propuesta de valor externo fortalecida bajo estos criterios puede brindar a las empresas una mayor libertad estratégica, aliviando la presión regulatoria.

  1. Aumento de la productividad de los empleados

Según el estudio, cuanto mayor sea la percepción de un empleado sobre el impacto de su trabajo en los beneficiarios, mayor será su motivación para actuar de forma proactiva. Una empresa con un propósito claro no solo se ve reflejado en el producto o servicio que ofrece, sino también en su fuerza laboral. Los criterios ASG ayudan a atraer y retener a empleados de calidad, mejorando su motivación. Para McKinsey, los empleados con un sentido no solo de satisfacción, sino también de conexión, rinden más.

  1. Inversión y optimización de activos

Por último, el estudio explica que una propuesta sólida en materia de ASG puede mejorar el rendimiento de las inversiones al asignar el capital a oportunidades más prometedoras y sostenibles. Por ejemplo, invertir en energías renovables o en la reducción y aprovechamiento de residuos. De esta manera, también las empresas pueden acceder a nuevos mercados o expandirse en los ya existentes.

Vía Diario Responsable







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