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Más de nueve meses han transcurrido desde el inicio del estado de emergencia nacional en el Perú. Dos especialistas hablan sobre los retos que ha significado para las empresas sobrevivir en medio de esta situación de incertidumbre, en cuanto a la sostenibilidad de los negocios o el relacionamiento con los consumidores y colaboradores ante un contexto particular.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

Sin duda alguna la crisis sanitaria ha puesto en situación de vulnerabilidad no solo a las personas, sino también al sector privado. La recesión económica, motivo de recortes salariales y hasta de cierre de empresas, está aún vigente para muchas industrias y requiere que con miras a 2021, año de la celebración del Bicentenario, se aplique lo aprendido para afrontar los desafíos.

En la presente nota, dos especialistas hablan sobre los retos que ha significado para las empresas sobrevivir en medio de la pandemia, en cuanto a la sostenibilidad de los negocios o el relacionamiento con los consumidores y colaboradores ante un contexto particular.

Rolando Arellano, gerente general de Arellano Consultoría, señala en primera instancia que hubo un cambio de planes repentino ocasionado por el nuevo coronavirus, donde muchas de las proyecciones de las compañías prácticamente quedaron invalidadas, afectando así también a toda una cadena de agentes que forman parte del mercado.

Rolando Arellano, Gerente general de Arellano Consultoría

“La cuarentena influyó en la perspectiva estratégica de muchas organizaciones porque el norte que se habían fijado y el cómo alcanzarlo se vieron drásticamente afectados. Todos los ejercicios de planeamiento de septiembre del 2019 casi dejaron de ser vigentes y relevantes para este año. Esto sucedió en un lapso de pocas semanas. El factor cuarentena tan estricto afectó al país económicamente de manera muy importante”, indica.

Es así que los empleos se vieron recortados, por ejemplo. Al no poder llevar toda la oferta comercial a los consumidores, se tuvieron que reducir capacidades y tomar decisiones drásticas para la sostenibilidad de los negocios. Arellano sostiene que cuando una empresa ‘quiebra’, es difícil que vuelva a operar a niveles anteriores.

También añade que los programas implementados por el Estado -como Reactiva Perú- no han sido suficientes para afrontar la realidad, ya que el 70% de nuestra economía es informal, limitándose así a un reducido grupo.

Sobre el consumidor, explica que la pandemia ha acelerado la velocidad de los cambios e incluso desterrado ciertos tabúes. Por ejemplo, el que solo los jóvenes se adaptarían al mundo digital, ya que se ha visto que también los adultos mayores lo han hecho. En ese sentido, aspectos como el ecommerce crecieron exponencialmente. ”Si uno preveía que este crecería diez veces en un lapso de 5 años, en la pandemia esto ha pasado en un par de semanas”, continúa.

Para él estos procesos han sido constantes y no es que la pandemia los haya descubierto. De ahí que es fundamental que las empresas monitoreen al público y visualicen su comportamiento en el mercado futuro. “Es ‘chamba y riesgo’. No se trata de adivinar, sino de aplicar investigación, evaluación de productos y más. No es un tema de inspiración, hay ciencia detrás”, enfatiza.

A pesar del difícil escenario para millones de peruanos hay aprendizajes. Y es que de alguna manera se está acostumbrado a desafiar a las crisis. Los antecedentes lo demuestran.

“Es parte de la resiliencia peruana. Algo que nos caracteriza mucho es que miramos hacia adelante y poco vemos hacia atrás. Eso nos hace pensar que lo que vivimos es la primera vez que lo experimentamos. Pero el Perú es un país en el que los retos los hemos tenido de una manera constante, desde el fracaso de la reforma agraria, el terrorismo, la hiperinflación, etc. Todos han sido valiosos espacios de vivencia y resiliencia de la ciudadanía y empresarios a la hora buscar soluciones, reinventarse y salir adelante”, reflexiona.

Mirando hacia adentro de las organizaciones

Otro tema crucial en tiempos de pandemia ha sido –o es- la relación entre empleado y empleador. Son muchos los factores a tomar en cuenta. Las cifras sobre el desarrollo de la enfermedad no dejan lugar a no pensar que han sido también millones de peruanos afectados emocionalmente. Claudia Draghi, Coach & Team Coach Perú 8mil, nos da su visión al respecto.

Desde su experiencia, expresa que hay dos pilares que han hecho a las empresas poder sobrellevar todo lo que ha implicado el COVID-19 en el tema. Ellos son la adaptabilidad y el acompañamiento al equipo.
“Hay dos cosas que no han sido negociables. Primero, la capacidad de adaptación. En muchas empresas con las que he trabajado la adaptabilidad ha sido no negociable para la supervivencia. Lo segundo fue la preocupación hacia sus colaboradores. El nivel de estrés que el colaborador vivió por varios factores, creo que hizo una diferencia en las empresas que han sabido acoger la emocionalidad de este proceso”, subraya.

Claudia Draghi, Coach & Team Coach Perú 8mil

Además, menciona que el nivel de exigencia laboral fue en muchos casos tan alto, que lo único que ha marcado también la diferencia para salir adelante es el acompañamiento de los líderes. En esa línea, quienes han tenido éxito son los que han sabido identificar las diversas situaciones críticas como parte del proceso de adaptación, aquellos en el que el líder se ha involucrado y sabido reconocer como válida la vulnerabilidad.

“Lo que pasa ahorita es que todo tipo de relación se está viendo magnificada. Si tú tenías una buena relación con tus colaboradores, ahora eso se ve magnificado. El fin de año nos regala una oportunidad otra vez para redefinirnos, así como la pandemia nos las dio”, dice.

¿Cómo debería enfrentar un líder las actuales circunstancias ante su equipo? Draghi sostiene que hay que hacer tres preguntas básicas a los colaboradores: cómo estás, qué te preocupa y qué esperas de mí. Todo ello conlleva a abrir un espacio de confianza y de comunicación que enriquece la relación.

“Somos un país que no ha aprendido a liderar. Tenemos mucha ausencia de liderazgo. Hay que preocuparse por el equipo. Esto significa que les preguntes estas tres interrogantes antes de iniciar el año que viene”. Añade que es importante no tomar decisiones unilaterales, especialmente en un país como el Perú que es tan diverso.
Acerca del trabajo remoto, Claudia Draghi está convencida de las ventajas de su incorporación al ámbito laboral. Si bien a los inicios de la crisis por el nuevo coronavirus fue complicado, ahora hay experiencia y mayores recursos para poder tenerlo en cuenta en el 2021.

“Considero que las empresas van a lograr un avance en el trabajo remoto, una eficiencia distinta. Ahora que las organizaciones ya saben lo que han podido hacer en estas circunstancias, compañías, colegios y demás instituciones tienen la posibilidad de implementar el trabajo remoto de una manera importante”, sostiene.

Finalmente, hace hincapié en lo crucial que es mantener una comunicación con los miembros de un equipo. Complementa con que, a veces, el temor de muchos líderes a que les puedan solicitar licencias laborales no permite que se pueda establecer una conversación. Sin embargo, lo que está en juego es mucho más esencial.

“Hay que hablar con los empleados de cómo se sienten. Hay personas que han perdido a familiares. Hay un impacto psicológico del COVID-19 significativo. Muchos no han podido descansar, sentir seguridad, entre otras preocupaciones. El impacto psicológico del proceso de la enfermedad es tan fuerte, que es súper importante preguntarle a tu equipo cómo está”, concluye.







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