Pese a la pandemia de COVID-19, la cantidad de residuos plásticos que contaminan los mares y océanos del mundo no para de crecer. Ya la ONU había activado las alertas sobre este preocupante tema, indicando que, para el año 2050, podría haber más plástico que peces en todos los océanos del planeta.
De acuerdo con un informe elaborado por esta misma organización, el Caribe es el segundo mar más contaminado de plásticos en todo el mundo. Por ello, como reseña una nota de la agencia alemana Deutsche Welle (DW), diversos gobiernos de la región ya han desarrollado una legislación que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso.
Tal es el caso de los gobiernos de Jamaica, Belice, Barbados, Trinidad y Tobago, Dominica, Granada, Bahamas y Costa Rica, que ya prohibieron la importación y el uso de plásticos de un solo uso y poliestireno a partir del 1 de enero de 2020.
Pero la preocupación no se limita a esta zona del continente americano, en Argentina se ordenó el pasado mes de junio la reducción progresiva y la prohibición de los plásticos de un solo uso en las áreas protegidas del país.
Esta medida aplica a 35 parques naturales del país suramericano, que tendrán un plazo de seis meses para adaptarse a la nueva reglamentación, una vez se reanuden las actividades al público, actualmente paralizadas a raíz de la crisis sanitaria mundial por el coronavirus.
En Colombia, desde el pasado mes de abril, el uso de plásticos está prohibido en todos los parques naturales de Colombia. La medida incluye bolsas, envases, botellas, vasos, platos, pitillos (pajillas o sorbetes), bandejas y cubiertos de plástico de un solo uso en espacios como el Parque Sierra Nevada de Santa Marta, el Parque Nacional Natural Gorgona, el Parque Macuirao y las playas del Tayrona, entre otros sitios.
“La prohibición de los plásticos de un solo uso en las 58 áreas protegidas que conforman la red de parques nacionales es un muy buen primer paso para la prohibición de este tipo de material en el país”, dijo a DW Tatiana Céspedes, vocera del área de campañas de Greenpeace Colombia, quien también abogó por una extensión de la medida en todo el país debido al aumento de la producción y venta de plásticos de un solo uso durante los últimos años.
“En 2018, Colombia produjo 90 mil toneladas de bolsas plásticas, 2 mil toneladas de pitillos (pajillas o sorbetes) y 23 mil toneladas de tapas plásticas. El país genera unos 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo recicla 17 por ciento”, explicó.
A su juicio, es preocupante saber que el 83 por ciento restante va a parar a los ecosistemas como los océanos y manglares.
Céspedes también abogó por un mayor compromiso de los países con un modelo que vaya más allá de la implementación de leyes.
“Deben invertir en soluciones de raíz a problema, reemplazar lo desechable por sistemas sostenibles como el reuso y exigir una responsabilidad de las corporaciones y de los gobiernos. Es alarmante saber que en tan solo 10 países latinoamericanos han generado mecanismos legales para la prohibición de plásticos de un solo uso”, apuntó.
Peligro para la biodiversidad
En Ecuador no se quedan atrás frente a este problema. Ya la gran cantidad de residuos y el peligro que representan para la biodiversidad de las especies del parque natural activaron al Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos.
De esta manera, desde agosto de 2018, no se pueden vender ni usar sorbetes, envases de polietileno expandido, bolsas y botellas de plástico en las islas Galápagos, uno de los mayores reservorios naturales de Ecuador.
“El Parque inició con actividades de limpieza costera desde los años 90, cuando nadie hablaba aún de la basura marina. En los últimos cuatro años, este tema tomó fuerza en la misma población, al evidenciar tanto impacto sobre la biodiversidad de Galápagos”, afirmó a DW Jorge Carrión, entonces director del Parque Nacional Galápagos cuando se puso en marcha la medida.
Carrión lamentó que el 90% o incluso un mayor porcentaje de los residuos en las costas no corresponden a las actividades internas de las islas, sino que vienen acarreadas por las corrientes marinas, provenientes desde todo el continente americano y últimamente una gran cantidad de residuos con marcas asiáticas.
Asimismo, el ex director del parque natural ecuatoriano reclamó iniciativas transfronterizas para que a través de alianzas regionales se puedan alcanzar soluciones con un mayor alcance.
Iniciativas interesantes
Por su parte, Francisco Seijo, profesor de Políticas Medioambientales del Instituto de Empresa, señaló a DW que este tipo de iniciativas puede ser muy interesante en parques con mucha afluencia de turistas de origen urbano.
“Si se aplica bien y con sentido, puede ser un ejemplo para el resto de la región”, dijo.
No obstante, se cuestionó la facilidad de aplicación de la medida en países con dependencia turística como México y en áreas donde habitan pueblos indígenas.