- 299 familias son parte de la historia de éxito de las comunidades de Junín y Huancavelica, junto a la empresa peruana Inka Crops.
En la sierra del Perú, en las regiones de Junín y Huancavelica, viven agricultores que han sido parte de la más grande exportación de papas nativas en la historia del Perú. Ellos, sus tierras, sus familias y su entusiasmo han hecho posible que hoy miles de personas en Estados Unidos disfruten de un producto elaborado a base de papas nativas peruanas sembradas a más a de 3 mil metros de altura.
Al norte de Jauja, a una hora y media exactamente, se encuentra la Comunidad de Apaycancha. Para llegar se debe ir por una trocha afirmada durante nueve kilómetros que, además de regalar paisajes hermosos, te presenta a un pueblo en medio de un valle donde una pequeña iglesia adorna la plaza principal.
Aquí viven Casiano y Aguirres Paucar, dos hermanos que forman parte de los 299 agricultores que trabajaron arduamente durante el 2018 y 2019 para tener una cosecha de papas nativas que fueran de calidad y estuvieran aptas a tiempo para su consumo. Aguirres fue el primero de la familia en arriesgarse y apostar por utilizar sus tierras para volver a sembrar lo que sus ancestros: papas nativas de las variedades wenccos, cceccorani, huayro macho y sumac soncco.
Casiano, su hermano, decidió seguir los pasos de Aguirres al ver que la producción les permitía vivir mejor. Así, se unió a la asociación de agricultores de Apaycancha para ser parte de esta historia promovida por la empresa peruana Inka Crops.
Pero esta comunidad no es la única, 25 más han visto cómo sus vidas se han transformado. Ahora tienen un mayor conocimiento de las tierras, pueden tener una mayor producción en sus parcelas y forman parte de los proyectos de las ONG FOVIDA y CEDINCO.
La Comunidad de Patalá, en la frontera con Huancavelica, a hora y media al sur de la ciudad de Huancayo y a 4,200 metros sobre el nivel del mar, ha sido impactada positivamente también. Aquí vive Cinthya Yalapoma, madre de tres hijos, tejedora y agricultora. Desde lo alto de la montaña en el que se puede ver un paisaje hermoso e imponente, Cinthya junto a 27 mujeres y hombres trabajan la tierra hombro a hombro.
Este año, todas las comunidades que han sido parte de esta campaña lograron cosechar en total 77 toneladas de la variedad wenccos, 49 de cceccorani, 96 de huayro macho y 71 de sumac. Las casi 300 toneladas fueron compradas íntegramente por Inka Crops para procesarlas y conseguir 83,103 kilogramos de hojuelas de papas nativas que han sido exportadas a Estados Unidos.
Se espera, gracias a la participación de Sierra y Selva Exportadora, que en la campaña 2019-2020 se fortalezca la articulación comercial con pequeños y medianos productores consolidados con una agricultura familiar, para así lograr afianzar los nexos con nuevas organizaciones en diferentes zonas productivas de la sierra.
Inka Crops y los agricultores peruanos han conquistado el mercado estadounidense con este snack a base de hojuelas fritas de papas nativas que tienen un toque de sabor salado y, gracias al aceite de girasol alto oleico, un bajo nivel de grasas saturadas. Este nuevo producto le ha otorgado nuevamente valor a las papas nativas, logrando que renazcan para quedarse por mucho tiempo.