Por Stakeholders

Lectura de:

Por Jamie Chirinos

Gerente de Supply Chain de Arcos Dorados Perú

La pandemia del COVID-19 en 2020 nos hizo revisar nuestra manera de ver la vida. Cambios dramáticos en nuestras dinámicas laborales, familiares, educativas, y tantas más, junto a la crisis sanitaria que golpeó a la humanidad, nos llevaron a replantear nuestras prioridades y reafirmar los valores sobre los que buscamos construir un futuro mejor para todos. Por ejemplo, fue una nueva ocasión para darnos cuenta del daño ambiental que hemos provocado. El aire de las ciudades se limpió en pocas semanas y la naturaleza recuperaba espacios perdidos mientras nos quedábamos en casa, pero esa caída histórica en la reducción de gases de efecto invernadero fue solo pasajera. Con el retorno gradual a nuestras actividades cotidianas encontramos que allí sigue, presente, la crisis ambiental de fondo que vive el planeta. ¿Esa es la antigua normalidad que queremos?

La pandemia del COVID-19 en 2020 nos hizo revisar nuestra manera de ver la vida. Cambios dramáticos en nuestras dinámicas laborales, familiares, educativas, y tantas más, junto a la crisis sanitaria que golpeó a la humanidad, nos llevaron a replantear nuestras prioridades y reafirmar los valores sobre los que buscamos construir un futuro mejor para todos. Por ejemplo, fue una nueva ocasión para darnos cuenta del daño ambiental que hemos provocado. El aire de las ciudades se limpió en pocas semanas y la naturaleza recuperaba espacios perdidos mientras nos quedábamos en casa, pero esa caída histórica en la reducción de gases de efecto invernadero fue solo pasajera. Con el retorno gradual a nuestras actividades cotidianas encontramos que allí sigue, presente, la crisis ambiental de fondo que vive el planeta. ¿Esa es la antigua normalidad que queremos?

Claro que no. Por eso es clave para las empresas acelerar nuestros compromisos ambientales aunque estemos ante tiempos tan severos como los de la pandemia, revisar nuestro comportamiento operacional y medir el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente. Y eso ha sido precisamente lo que ha hecho Arcos Dorados. En medio de los desafíos mayúsculos que impuso el COVID-19, no detuvimos el paso e incluso avanzamos con mayor rapidez hacia la sostenibilidad plena de nuestras actividades, conscientes de la responsabilidad que tenemos en el desarrollo de Latinoamérica, y en nuestro caso particular, del Perú.

En nuestro 7° Reporte de Impacto Social y Desarrollo Sustentable para América Latina y el Caribe 2020 –disponible para todos en nuestro plataforma recetadelfuturo.com– , se puede ver cómo a través de los aspectos del ESG (siglas en inglés para los pilares medioambiental, social y de gobierno corporativo) compartimos los avances de las políticas que nuestra compañía ha definido para la operación que tiene en los países de la región.

Así, podemos decir con satisfacción que durante el 2020 aceleramos nuestros compromisos ambientales en distintos frentes: definimos metas de reducción de emisiones de carbono y redujimos un 40% el uso de plástico de la operación en 20 mercados latinoamericanos (un equivalente a 1,468 toneladas en un año), entre otros importantes avances. En el Perú, se logró reducir en un 66% en el mostrador, el uso de tapas en bebidas frías y calientes aplicando el programa a pedido. Además, el 100% del papel que usamos en nuestros empaques cuenta con los certificados FSC (Consejo de Administración Forestal) y PEFC (Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal, según sus siglas en inglés), que garantizan su origen en bosques bien manejados que proporcionen beneficios ambientales, sociales y económicos. Por otra parte, en los restaurantes peruanos de McDonald’s se recicló más de 33 mil litros de aceite vegetal.

Este reporte nos permite confirmar el cumplimiento de nuestro propósito, que es dejar una huella positiva por el bien del planeta. Por eso es fundamental tener indicadores, para que nosotros mismos en Arcos Dorados y nuestros grupos de interés podamos confirmar que hemos pasado del discurso a la acción y que estamos teniendo resultados positivos con las acciones sociales y ambientales que realizamos.

A medida que el mundo retome el ritmo que tenía antes de la pandemia, es urgente que las industrias avancemos en acelerar soluciones para asegurar el bienestar de nuestro planeta y las generaciones futuras.







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