¿Cuál es la relación entre el ambiente y los animales? Al tener un perro que vive siempre al interior de una vivienda, este no experimenta cambio de temperatura ni de luminosidad. A esto se le llama heliofanía.
¿Qué es la heliofanía? Es la cantidad de luz que hay en un día. Si durante todo el día tienes al perro adentro con luz artificial, su organismo no diferenciará entre invierno y verano, además estará bajo control de temperatura. Esto genera que pierda el pelo, ya que su organismo no recibe el estímulo necesario. Lo mismo se replica en otros animales.
Los cambios abruptos en el clima, como tener un verano en pleno invierno o un invierno riguroso durante el verano, afectan profundamente a estos animales. Esto desestabiliza sus sistemas y puede llevarlos al límite. Esto es especialmente cierto en el caso de la brumación, también conocida como la mal llamada hibernación en los animales de sangre caliente.
Por otro lado, el cambio climático ha traído también enfermedades emergentes que perjudican a los animales y, por ende, a las personas que conviven con ellos.
Las pulgas y las garrapatas, insectos comunes en los pelajes de nuestros perros, se han convertido en los principales transmisores de estas nuevas enfermedades. El aumento de la población de estos parásitos es resultado directo del cambio ambiental, generando el ambiente ideal para la propagación de enfermedades neotropicales. Por ello, cuidar la salud de nuestros animales de compañía es clave para salvaguardar la salud humana.
Es esencial que nuestros perros y gatos reciban una desparasitación interna y externa adecuada. Al asegurarnos de que estén libres de estos parásitos, estamos promoviendo la salud tanto de los animales como de las personas que comparten su espacio. De hecho, más del 50% de las enfermedades humanas son zoonóticas, es decir, provienen de los animales. Al cuidar a nuestras mascotas, estamos contribuyendo de manera directa a nuestra propia salud.
La erliquiosis, una enfermedad transmitida por las garrapatas, es un ejemplo de cómo los cambios en el entorno pueden generar consecuencias graves. Los síntomas en los animales pueden variar, desde desgano hasta dolor muscular y articular, hemorragias y vómitos. Pese a su diversidad, estos síntomas no son específicos, lo que complica el diagnóstico. Ante cualquier indicio de enfermedad, es importante realizar análisis de sangre y pruebas diagnósticas para confirmar o descartar la presencia de estas afecciones.
La prevención es la herramienta más eficaz para combatir estas enfermedades emergentes. Los métodos repelentes, como las pipetas y los collares, son esenciales para evitar la picadura de las garrapatas y prevenir así la transmisión de enfermedades.