Náuseas, debilidad muscular, visión borrosa y alucinaciones durante horas son algunas de las consecuencias que puede causar comer pez salema, según diversos reportes científicos. Los estudios señalan que cuando una persona consume este animal, que habita el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, corre el riesgo de experimentar por horas alucinaciones similares a las del LSD; sin embargo, la mayoría de las personas que lo consumen no experimentan dichas visiones.
Si bien no hay informes que revelen con exactitud las causas de los efectos alucinógenos producidos por el pez salema, un equipo de biólogos (2012) explicó que los delirios son causados por el consumo de toxinas que están en las hojas de la posidonia oceánica, la planta marina de la que se alimenta el pez salema. Esas toxinas se acumulan en grandes cantidades en órganos como el cerebro y el hígado, los más peligrosos al ser consumidos.
Aún no se ha comprobado qué toxinas podrían ser las causantes de las alucinaciones, sin embargo, los autores del informe detallan que podrían ser alcaloides del grupo indol, una familia de compuestos químicos que provocan un efecto similar al del LSD o al de la dimetiltriptamina, la misma sustancia que se encuentra en la ayahuasca.
En otro estudio del 2006, científicos informaron de dos casos registrados en Francia que muestran cuan alucinógeno puede ser comer pez salema.
En el informe se cuentan las historias de dos hombres, uno de 40 años y otro de 90 años que comieron Sarpa salpa y a la hora comenzaron a presentar síntomas de ictioalieinotoxicidad, un tipo de envenenamiento causado por el consumo de algunos pescados.
En ambos casos, los pacientes presentaron náuseas, debilidad muscular y visión borrosa. Pero, horas más tarde, experimentaron alucinaciones con animales y sonidos perturbadores que permanecieron por horas.
Ambas personas pensaron que se trataba de alguna enfermedad mental, debido a los efectos psicotrópicos, por lo que fueron al hospital. El primer paciente se curó en 36 horas, mientras que el segundo tardó dos días en hacerlo, señala el informe publicado en la revista Clinical Toxicology.
.