Por Stakeholders

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Seguridad urbana y resiliencia en un mundo interconectado: The Economist, la reconocida revista inglesa con alcance internacional, realizó una investigación a 60 ciudades del mundo –“Safe Cities Index 2019”– alrededor del eje temático de la seguridad. La publicación, realizada a inicios del mes de septiembre, ubicó a Lima en el puesto 45. Mariela Cánepa, Directora de Políticas de WWF Perú, invita a la reflexión y mirada sobre el escenario actual de las demás urbes peruanas.

La seguridad ciudadana puede ser analizada a partir de cuatro ámbitos, según dicha publicación: digital, seguridad de salud, seguridad en la infraestructura y seguridad personal. Dentro de ellos, cabe enfatizar, se agrupan evaluaciones a la calidad del aire y el agua, indicadores socioeconómicos, la respuesta y la gestión de riesgos, la movilidad, el clima y la energía.

¿Cómo están nuestras ciudades? Con el objetivo de visibilizar las principales oportunidades para las ciudades peruanas, WWF realizó el Primer Reporte de Indicadores Urbanos Nacionales sobre 30 de las principales ciudades peruanas en alianza de Periferia, y trabajan hoy en día “Mi Ciudad”, una plataforma digital de diálogo e información urbana.

“Hoy, la mitad de la población urbana del Perú (45.9%) vive en barrios marginales, viviendas precarias o con servicios de agua y saneamiento inadecuados. Si bien esta cifra en Lima responde al 7.44%, en la Selva nos encontramos frente a ciudades como Pucallpa y Puerto Maldonado con 19.85% y 20.86% respectivamente”, señaló Cánepa.

Asimismo, se encuentra que solo 7 de las 30 ciudades evaluadas disponen de todos los instrumentos de planeamiento urbano y territorial requeridos por la normativa. Lima, por ejemplo, en temas de prevención y reducción de riesgos de desastres no tiene un plan elaborado al 100%, mientras que ciudades como Huancavelica, Pisco, Puerto Maldonado, Puno y Quillabamba sí.

El crecimiento espacial es espontáneo, especulativo y depredador del suelo y los ecosistemas. En el periodo de los últimos 13 años, 18 de 30 ciudades evaluadas están por encima de los valores promedio para la región latinoamericana respecto a la relación entre la tasa de consumo de tierras y la tasa de crecimiento de la población. De la misma manera, 14 de 40 ciudades consumen suelo a tasas mayores que el promedio global.

Casi la mitad de las ciudades analizadas no tratan las aguas residuales urbanas o no cumplen los estándares requeridos. Adicional a este dato, Lima, por su parte, puede tener una cobertura de agua potable mayor al 95.82%, mientras que Pucallpa alcanza únicamente un 47.07%.

Para Cánepa, es irrefutable la vinculación de los resultados de ambos informes al universo del cambio climático: “Pensar en ciudades es tener que pensar, necesariamente, en sostenibilidad y resiliencia. Los hallazgos de los reportes e investigaciones son solo un punto de partida u oportunidad para acelerar la transición hacia estructuras y planeamiento urbano. Las ciudades son centros de consumo de recursos, focos de concentración y crecimiento poblacional, de desarrollo económico, social y cultural, y como tales, son generadoras de grandes impactos, entre ellos el cambio climático”.







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