Cerámica San Lorenzo, una de las empresas líderes en la producción de revestimientos cerámicos en el país, consiguió el 2023 retirar del medio ambiente 74 toneladas de dióxido de carbono (CO2), equivalentes al sembrado de más de 1.200 árboles, el doble que en 2021. Esto fue posible gracias a la correcta segregación de sus residuos orgánicos, lo cual contribuye a producir abono y alimento animal.
En la actualidad, la compañía reaprovecha el 97% de los residuos generados en sus plantas de Lurín (Lima, Perú), destinándolos a procesos internos y entregándolos a empresas especializadas y autorizadas en gestiones socioambientales. Por ejemplo, anualmente, logra reutilizar más de 96 toneladas de papel y cartón, más de 22 toneladas de plástico y más de 366 toneladas de madera. Además, ha reducido en un 25% el uso de aceites al año.
La recuperación de este último insumo es muy importante, pues permite reducir la cantidad de residuos peligrosos que normalmente irían a un relleno de seguridad. Con el aporte de su proveedor Sinba, especialistas en recolección y transformación de desechos, consigue darle un nuevo fin al aceite, un recurso no renovable que reingresa a la cadena de valor para evitar que contamine.
“En Cerámica San Lorenzo apostamos por prácticas sustentables para cuidar el ecosistema del planeta en que vivimos con acciones que abarcan desde la extracción y elaboración de nuestros productos, hasta la gestión de nuestros residuos. En ese sentido, los avances alcanzados el 2023 reflejan dicho compromiso y también nos retan a continuar optimizando nuestro aporte en la construcción de un mundo limpio, sano y más cuidado para todas las personas”, señaló Antoinette Peyre, gerenta de marketing de Cerámica San Lorenzo.
La compañía cumple con normativas tan importantes en gestión ambiental de las organizaciones como es la ISO 14000 y mantiene un reporte constante de su progreso a la Bolsa Mexicana de Valores, como parte del Grupo Lamosa. Además, está trabajando en potenciar su sistema de evaluación y seguimiento a indicadores de sostenibilidad, con el fin de alcanzar estándares globales cada vez más altos.
Cabe resaltar que, como parte de Lamosa, todas sus operaciones giran en torno a cinco componentes de sostenibilidad, entre ellos el de Gestión ambiental: Circularidad y Acción Climática. Bajo esta mirada, la empresa busca maximizar el ciclo de vida de sus productos, conforme a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 7 (Energía sostenible no contaminante), 12 (Producción y consumo responsable) y 13 (Acción por el clima), de la ONU.
Según cifras del Energy Policy Institute de la Universidad de Chicago (EPIC, 2021), la esperanza de vida de los limeños sería 4.5 años superior si la ciudad adecuara sus niveles de contaminación a las directrices de la Organización Mundial de la Salud.