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“Socialmente responsable y legalmente responsable”

Conversamos con Carlos Lozada Mendívil, gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de Suez Energy Perú, quien se desempeña como representante…

Conversamos con Carlos Lozada Mendívil, gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales de Suez Energy Perú, quien se desempeña como representante titular de AFIN en el Comité Técnico Nacional ISO 26000 – Responsabilidad Social Perú.
 
¿Cuál es la importancia de la participación del Perú en la elaboración de la Norma ISO 26000?

Lo más trascendente, y que nos motivó a tomar una participación mucho más activa, es ver que se empieza a enfocar el tema de la Responsabilidad Social – RS-, desde una lógica mucho más inteligente. El tema de RS ha estado siendo usado como una bandera en busca de fortalecer posiciones, tanto políticas como, en algunos casos, sindicales, desnaturalizando lo que en sí debe ser una actuación responsable. Además, se ha tratado de enfocar el concepto de RS única y exclusivamente en el sector empresarial. Lo cual no quiere decir que el sector empresarial no sea responsable y de hecho, creo, que en la mayoría de los casos lo es, sino que eso desvirtúa el concepto de RS, que tiene que ser un concepto inherente a todas las actividades que se dan en la sociedad y en el mundo  en general, que incluye a las empresas, los Estados – los gobiernos en sus diferentes niveles -, las ONG y al ciudadano de la calle – que camina, o va en auto o maneja una combi -. Es decir, es un concepto que tiene que ser inherente a toda actividad humana y  no solamente atañe a las actividades empresariales.

Lo que pasa, es que ha sido muy fácil decir: “la empresa hace lo que yo quiero, por lo tanto, la empresa no es responsable”. Pero, un momentito, por ahí yo no hago lo que me corresponde y tampoco soy responsable.  Entonces, cuando se hace ese “clic” y se saca el apellido empresarial al concepto de RS, entonces nosotros decimos, esto va por buen camino y hay que apoyarlo. Y no por el hecho, de que se les esté quitando un peso a las empresas, sino que se toma en serio un tema que tiene que ser una responsabilidad conjunta, para que tenga éxito. Sino es así, lo que se hace es inclinar la balanza para un lado y aumentar los riesgos de enfrentamientos entre unos y otros. En la medida que todos logremos entender que la responsabilidad es conjunta, entonces la cosa puede caminar.

¿En qué fase está la Norma?

En estos momentos la norma tiene una primera redacción, que está siendo sujeta de comentarios. Los comentarios se tienen que enviar como país. Nosotros hemos hecho el trabajo, bajo la dirección de Paul Remy, de acercar los comentarios de los distintos grupos de trabajo que conforman el Comité Espejo peruano.

Hay un trabajo de conjunción de ideas para poder llevar una posición común, que es la que tiene a su cargo transmitir, tanto el Comité Espejo como el Indecopi, desde el punto de vista formal.

¿Cuál es la importancia del Comité de Trabajo?

Una apreciación personal, que no necesariamente todos tienen que compartir, es que ayuda a entender los conceptos que estamos trabajando. Se trata de acercar las posiciones para que puedan ser aspectos a los cuales se pueda aspirar razonablemente. Ni irnos al extremo, de que todo acto empresarial, puede ser motivo de un negocio por el cual yo  pueda vender una certificación y a la vez asesorar; ni tampoco al extremo de que ningún acto puede ser verificado o supervisado por la sociedad en su conjunto, con sus respectivas formas de representación. Dentro de este gran espacio que hay, una de las cosas más importantes, donde creo que coincidimos todos, es que la primera condición para poder conversar sobre responsabilidad, es que en paralelo a ser socialmente responsable, tienes que ser legalmente responsable. Con esto, se abre un tremendo problema en un país como el nuestro, con la informalidad y con  la indolencia de las normas.

En nuestro país, nos pasmos legislando para un grupito miniatura de privilegiados que tienen trabajo formal y una serie de beneficios, y nos olvidamos de la gran mayoría peruana que no está en la formalidad, que no está cerca a las oportunidades, pese a que el país crece de una forma maravillosa. Todavía nos falta muchísimo para cambiar el “chip” de la gente, y decir ojo que Lima no es el Perú y en algunos casos, que Lima no es el mundo. Hay que mirar hacía afuera y tener en cuenta que estas oportunidades hay que extrapolarlas a zonas del país que necesitan mucho más de estos esfuerzos que nosotros. Entonces el tema legal se vuelve una cosa muy complicada.

¿Cuál es la estrategia para subsanar este impasse?

A título personal, pienso que pasa por buscar la mayor cantidad de coincidencias para poder encontrar objetivos comunes. El gran problema es, que pese a que todos queremos que mejore el vecino y que los pobres dejen de ser pobres, muy pocos nos ponemos a pensar cuánto de eso es culpa de nuestra indiferencia. Creo que en ese sentido, la norma nos permite, al enfocar este tema desde un punto de vista amplio, hacer el cuestionamiento. No todos los errores son de uno solo. Creo que es mucho más indolente un Congreso que legisla para el 5 % de la población y se pasa el día discutiendo sobre eso, que la empresa menos colaboradora, porque finalmente ésta sólo deja de colaborar con su dinero o con su patrimonio.

El Congreso o las instituciones del Estado lo hacen con la plata de todos los peruanos. Entonces, ahí sí la cosa es mucho más complicada. Romper el paradigma, de seguir viviendo en esta cápsula, es un desafío inmenso.

¿Cómo está involucrado el Estado en el Comité de Trabajo?

El Estado está involucrado desde que el Indecopi, que es una institución del Estado, lo está liderando con mucha responsabilidad. Probablemente, falta la presencia de más instituciones. Sin embargo, lo bueno es que la participación de Indecopi garantiza que los que tienen que estar de todas maneras, están. Después, sería ideal ir involucrando – de hecho ya se está haciendo el esfuerzo – a algunos ministerios más, para que esto funcione mejor. Pero, no es fácil, porque hay que predicar muchísimo todavía, para poder encontrar gente que piense que ésta es una oportunidad para más que reflexionar sobre el tema.
  
Al hablar de RS, lo primero que viene a la mente de la gente es hacer una colecta para regalar algo, o dar plata o ropa, y por ahí no va la cosa.

Y hasta que punto, otro estamento, como es el de los trabajadores, está aportando en el tema

A mí me sorprende tremendamente, que cuando hay oportunidades como ésta, donde los trabajadores pueden poner sus ideas y expectativas, de una manera ordenada, sobre la mesa, simplemente desaparecen. Pero, finalmente, a mí no me preocupa tanto que no estén los sindicalistas. Porque los que están sindicalizados, son parte del mismo grupo. Son los que tienen un trabajo estable y formal. Todos queremos mejorar, y tienen derecho de mejorar sus condiciones de trabajo, pero, a quien hay que realmente estimular, es a los trabajadores que necesitan que el país les de condiciones adecuadas. A la señora que tiene 2 años con su puesto de periódico en la esquina, que empezó de a pocos y que hoy ha crecido, hay que ver cómo formalizarla. No es que ella no quiera, sino que el sistema se lo impide. Y sino es formal, no les puede pedir que sea responsable. Y lamentablemente, todo el que hace uso de sus servicios, termina siendo parte, de alguna manera también, de la informalidad. Romper esa situación es muy complicado y creo  que ese es el gran desafío como país.

El gran reto para los que podamos participar en esto, es que la norma dará una guía de comportamiento, que si la sigues, lograrás que la comunidad, sin necesidad de ningún papel, te reconozca como una empresa responsable.

¿Cuáles son los grandes retos para alinearnos con otras realidades más desarrolladas?

Uno de los grandes retos para sudamérica, lo hemos compartido con Chile y otros países sudamericanos, es que se entienda que dentro de este mismo marco, el primer paso para ser responsable y respetuoso de las normas, es que hay ciertas normas que rigen por ejemplo a la UE que son casi imposibles de aplicar en nuestras realidades, sólo por un tema de practicidad. Por ejemplo, la contaminación de vehículos. Nunca certificaríamos, porque el país no tiene ninguna iniciativa, más allá del cambio de los buses de la municipalidad a gas natural, para controlar ese problema. Nunca podríamos aspirar a que la ciudad de Lima o el tránsito del Perú, tenga un comportamiento responsable.

El problema principal es nuestra capacidad de cumplir con normas, que en otros países son de aplicación natural, pero que acá son muy complicadas de aplicar. Si se cumplieran las leyes en todos los espacios, este sería otro mundo y hablar de RS sería mucho más fácil y sería mucho más útil.

 
 






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