Los bosques tropicales se caracterizan por crecer en regiones de alta temperatura, recibiendo el nombre de macrotérmicos. Se encuentran ubicados entre el Trópico de Capricornio y el Trópico de Cáncer, cerca de la línea ecuatorial en países de Suramérica, África y el sudeste de Asia. Estas áreas se conocen como higrófilas debido a su entorno frecuentemente húmedo.
Estos bosques albergan una biodiversidad increíble, siendo el hogar de millones de especies vegetales y animales. Sus beneficios son múltiples, ya que brindan servicios ecosistémicos clave, como la regulación del clima, la conservación del agua, la protección contra la erosión y la mitigación del cambio climático.
Además, las comunidades locales y las culturas indígenas también dependen de ellos para su subsistencia. Estos ecosistemas generan alimentos, medicinas tradicionales, materiales de construcción y fuentes de ingresos, mediante actividades sostenibles, como el ecoturismo y la producción de productos forestales no madereros.
La deforestación, una de sus principales amenazas
Los bosques enfrentan graves peligros, uno de los más frecuentes es la deforestación, provocada por la agricultura a gran escala, la minería ilegal, la tala indiscriminada y la expansión de la frontera agrícola; poniendo en peligro la subsistencia de muchas especies, además contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo, los incendios forestales, la caza furtiva, la fragmentación del hábitat y el cambio climático representan una seria amenaza para la integridad de estos ecosistemas y la sostenibilidad de los servicios que ofrecen.
La clave para erradicar estas amenazas es promover la conservación y la gestión sostenible de los bosques tropicales. Esto requiere de la implementación de políticas y estrategias que fomenten la protección de estas áreas, la participación de las comunidades locales, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en la recuperación de bosques degradados.
Las organizaciones internacionales, los gobiernos, las ONG y los ciudadanos cumplen un rol fundamental en la protección de los bosques tropicales. Es indispensable fortalecer la cooperación global, establecer políticas efectivas y promover la responsabilidad individual para garantizar su preservación
Beneficios y aportes del bosque
Regulación del carbono
Los bosques son considerados como los “pulmones” del planeta, ya que absorben dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero, atrapan el carbono y liberan el oxígeno a la atmósfera, lo que contribuye a la mitigación de los efectos del cambio climático.
Regulación hídrica
Estos ecosistemas también contribuyen a regular el ciclo del agua. Los árboles tienen la capacidad de regular el agua atmosférica, pueden canalizar mediante el mismo árbol y fijarla mediante sus raíces. De esta manera, pueden interceptar y evaporar agua, e incluso filtrar y mejorar su calidad», remarcó.
Reducción de procesos erosivos
Los eventos naturales como inundaciones o deslizamientos también pueden ser mitigados gracias a los árboles.
Hogar de especies polinizadoras
Muchos de estos espacios albergan comunidades y también actividades como la agricultura. En los bosques habitan múltiples especies, desde depredadores hasta pequeños animales que son indispensables para la polinización, proceso por el cual se germinan las plantas y se pueden obtener nuevos frutos y semillas.