La extorsión en el Perú ha alcanzado niveles críticos. Entre 2019 y 2023, se registraron 36,947 denuncias a nivel nacional, y solo en lo que va del 2024, se han sumado más de 6,000 casos. Estas cifras que fueron reveladas en el primer reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia, una iniciativa del BCP y el Banco de Ideas Credicorp, evidencian que el país está perdiendo la batalla contra esta modalidad de crimen organizado.
Lima y la costa norte son las zonas más afectadas. En regiones como La Libertad, uno de cada tres ciudadanos asegura haber sido víctima o conocer a alguien extorsionado. En tanto, a nivel socioeconómico, el grupo B es el más golpeado, llegando a un 35% de afectación.
La ineficacia del sistema de justicia
Pese a la gravedad del problema, la respuesta del Estado es mínima. El informe del Observatorio denuncia que solo 1,186 extorsionadores están en prisión, una cifra similar a la registrada en 2015, lo que sugiere un retroceso en los resultados de las políticas de seguridad. Esto ocurre a pesar de que las denuncias han aumentado de forma exponencial.
¿Por qué no se resuelven los casos? El reporte identifica fallas estructurales en la inteligencia policial y la falta de recursos destinados a la investigación. Además, la crisis política, marcada por constantes cambios en el Ministerio del Interior y en la cúpula policial, ha generado una desarticulación en la lucha contra el crimen.
Extorsión, un problema que ahoga a empresarios y ciudadanos
El incremento de la extorsión tiene un impacto directo en la economía peruana. Pequeños empresarios, transportistas y comerciantes son los principales blancos de este delito, lo que ha generado cierres de negocios, paros regionales y un clima generalizado de temor.
La modalidad del “préstamo gota a gota” también ha ganado terreno. Este sistema, basado en créditos informales a tasas abusivas, es una de las formas más crueles de extorsión y afecta especialmente a los sectores más vulnerables.
¿Qué hacer frente a este problema? El Observatorio propone fortalecer la inteligencia operativa y aumentar los recursos para la investigación criminal. Además, se sugiere crear un sistema de protección para denunciantes y brindar apoyo económico a las víctimas.
Cifras de homicidios en incremento
El homicidio en el Perú ha pasado de ser un problema puntual a convertirse en una crisis nacional. Según el primer reporte del Observatorio del Crimen y la Violencia, el 2024 podría cerrar con una tasa de 10 a 11 homicidios por cada 100,000 habitantes, la más alta registrada en años recientes.
El crimen organizado y el sicariato están detrás de la mayoría de estos asesinatos. En Lima Metropolitana y el Callao, epicentros de la violencia urbana, se registraron 544 homicidios y tentativas en el primer trimestre del año, con una tendencia creciente que no muestra signos de contención.