La ‘Gran Manzana’ impulsa el uso del cáñamo industrial en la construcción como alternativa sostenible, con inversiones públicas, apoyo universitario y una red regional que apuesta por viviendas más saludables, eficientes y con menor impacto ambiental.

Nueva York acelera la construcción con cáñamo al promover biomateriales libres de tóxicos con el respaldo de universidades, agricultores y políticas públicas.
Nueva York acelera la construcción con cáñamo al promover biomateriales libres de tóxicos con el respaldo de universidades, agricultores y políticas públicas. Foto: Stakeholders

Por Stakeholders

Lectura de:

La ciudad de Nueva York comienza a posicionarse como referente en construcción sostenible al impulsar el uso del cáñamo como material estructural. Viviendas con mayor confort térmico, mejor aislamiento acústico y sin emisiones tóxicas marcan una tendencia que combina eficiencia energética, salud y diseño responsable.

El avance se apoya en inversiones públicas, desarrollo tecnológico y una red regional que integra a universidades, constructores y agricultores. Esta articulación busca consolidar al cáñamo industrial como una alternativa viable frente a materiales convencionales, fortaleciendo al mismo tiempo una economía local más sostenible.

Nueva York impulsa la construcción con cáñamo por una economía regional sostenible

Entrar en una vivienda construida con materiales de cáñamo no se parece a la experiencia de una casa convencional. El confort térmico estable, la ausencia de olores químicos y una acústica amortiguada definen espacios más saludables y eficientes. No se trata solo de ahorro energético, sino de una nueva forma de habitar que empieza a ganar terreno en Nueva York.

Ese cambio se acelera con el uso del hemp lime proyectado, una mezcla de cañamiza y cal que comienza a consolidarse como solución constructiva viable.

Jeff Gagnon, constructor especializado en bioconstrucción en el condado de Ulster, marca un hito al aplicar por primera vez en el estado este sistema con equipamiento de última generación. “El cáñamo conecta arquitectura, salud y paisaje; ya no es experimental, es una herramienta madura”, señala.

En noviembre de 2025, Gagnon utilizó un sistema de proyección adquirido por Cornell University, desarrollado en Francia y adaptado al mercado estadounidense. La compra forma parte de una inversión pública de 5 millones de dólares para crear un centro de procesamiento de cáñamo industrial que funcione como laboratorio, banco de pruebas y nodo de articulación entre agricultores, empresas y diseñadores.

El principal desafío del sector no está en el cultivo, sino en el procesamiento posterior. Separar la fibra y convertirla en un material homogéneo requiere infraestructura costosa. “Sin infraestructura compartida, el sector no despega”, resume Larry Smart, profesor del programa de cáñamo de Cornell.

Para cerrar esa brecha, la universidad impulsa un nuevo edificio de biomateriales en el campus Cornell AgriTech, pensado para prototipar, ajustar procesos y reducir riesgos para emprendedores.

¿Cómo Nueva York propone iniciar la arquitectura de cáñamo?

La iniciativa ya articula una red regional. Cornell colabora con el Rensselaer Polytechnic Institute para completar la cadena productiva y, en diciembre, más de 90 actores, agricultores, técnicos municipales, cooperativas e inversores, se reunieron para coordinar esfuerzos, pese a que las instalaciones estarán plenamente operativas recién en 2029.

Tras el auge y caída del cannabidiol y el desvío hacia el cannabis recreativo, el cáñamo industrial vuelve a posicionarse en sectores más estables: construcción, textiles técnicos y alimentación animal. Empresas como Hempitecture ya producen aislamiento que sustituye a la fibra de vidrio, y contar con equipamiento clave en Nueva York podría atraer inversión y empleo local.

El modelo que se gesta apuesta por economías regionales basadas en biomateriales, con cadenas de valor cortas y menor impacto ambiental. Si se acompaña de normas claras y formación profesional, el cáñamo puede redefinir la construcción: menos tóxicos, más confort y ciudades más saludables.

LEA TAMBIÉN: Avance científico en Perú: filtros biodegradables para mascarillas prometen menos contaminación







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.