El próximo 15 de agosto se cumplen cinco años del fatídico terremoto que afectó a tres regiones del Perú, y muy especialmente Ica, devastando ciudades, hogares e ilusiones de muchas familias que, poco a poco, con trabajo y esfuerzo, habían ido construyendo juntos su proyecto de futuro.
A medida que se va acercando esta fecha, nos bombardean en los medios con un comentario unánime: nada ha cambiado, no se ha hecho nada… Es cierto que las labores no han terminado, que queda mucho por hacer, y que quizá las ayudas no han llegado con la efectividad que todos deseamos, pero la cuestión es: ¿es eso todo?, ¿nos quedamos ahí?
Ante esta situación, tenemos dos opciones. La primera es rendirnos al pesimismo y no avanzar, comprobar una vez más que no podemos cambiar nada, que no podemos salvar a nadie y que además las ayudas que se dan no siempre responden a las necesidades prioritarias de las personas. El resultado de esta postura es un estancamiento, cuando no un retroceso en los avances que ya se habían logrado. La segunda opción es, a nuestro juicio, mucho más interesante. Se trata de ir más allá, de ver más allá.
Desde el 15 de agosto de 2007 no es cierto que nada haya cambiado: ha cambiado y mucho, y no principalmente por las ayudas públicas o la labor de las instituciones como la nuestra, sino por el deseo de las personas de salir adelante, y no como un deseo quimérico o inalcanzable, sino como un moverse ante las circunstancias y un no quedarse esperando a que todo cambie.
Nosotros, desde nuestra posición como actores acompañantes de la población en este cambio, hemos podido ver la esperanza de la gente, las oportunidades surgidas, las iniciativas puestas en marcha, las relaciones establecidas, y pequeños avances ya reales y visibles, que muestran no una meta, sino un camino que seguir.
CESAL está presente de forma permanente desde 2008 en la zona de Chincha, especialmente en Pueblo Nuevo, habiendo ejecutado hasta la fecha un total de 8 proyectos, y con 2 más en ejecución: el Convenio AECID 2010-2014, y el proyecto educativo financiado por la Fundación Castellano-Manchega de Cooperación (FCMC), de dos años, que concluye a finales de 2012.
En estos casi 5 años de trabajo, se han conseguido logros en diversos ámbitos:
Familia: se ha apoyado el funcionamiento de 3 Centros de Orientación Familiar y Psicológica en los que se ha atendido a más de 400 personas; se ha creado y dado seguimiento a la Red de Protección Familiar del Distrito de Pueblo Nuevo, donde participan 8 instituciones que trabajan con familias (violencia familiar y sexual, salud, derechos, etc); y se ha capacitado y acreditado a 22 promotoras para atender los casos de familias de su comunidad.
Educación: CESAL ha construido 12 aulas en las escuelas Miguel Grau, Santa Teresita del Niño Jesús y Micaela Bastidasse; hemos realizado refuerzo escolar con niños de primaria; se han creado 4 escuelas de padres y se ha implementado una biblioteca escolar, así como capacitado a docentes.
Salud: se ha capacitado en promoción de la salud a docentes de 4 instituciones educativas, y en cuidados de la salud a 1.446 niños en 4 centros escolares; se han llevado a cabo campañas de salud y, finalmente, se han implementado botiquines parroquiales en 3 establecimientos de salud.
Habitabilidad: se han construido 162 viviendas de 40m2 para familias damnificadas por el seísmo; se ha establecido una propuesta urbano-ambiental para una zona de 5 asentamientos humanos en Pueblo Nuevo (7.000 habitantes); se han realizado 20 planes de desarrollo comunal de organizaciones de vivienda y 20 planes operativos anuales de organizaciones de vivienda; se ha capacitado a familias en construcción; y se ha instalado una planta bloquetera.
Sociedad: se han formado comités de ahorro vecinales, se han firmado convenios marco con el gobierno regional de Ica, la Municipalidad Provincial de Chincha y la Municipalidad Distrital de Pueblo Nuevo; se han construido e implementado dos espacios públicos comunitarios; y, en formación, se 10 funcionarios han conseguido un diploma en Gestión Municipal para el Desarrollo y 19 uno en Desarrollo Económico Local.
Medio Ambiente: se ha ejecutado el programa «Barrio saludable», de concientización medioambiental, hábitos saludables, deporte y cultura.
¿Pero podemos nosotros, otras instituciones o el mismo Estado reconstruir todo? Quizá no, pero el ladrillo no es ni mucho menos lo más importante. Podemos acompañar a las familias a que se levanten y salgan de una situación complicada, como ya lo han hecho varias veces en el pasado. Y podemos contribuir a que la gente no esté definida por lo que les falta, sino por la riqueza que tienen, que es capaz de generar todo lo positivo que en estos cinco años de andadura por esta zona hemos podido comprobar, hasta tener la suerte de ser parte de ello.
Después de estos cinco años queda un reto, que no es volver a ser como antes, ya que eso sería quedarse en el pasado, sino seguir adelante, caminando juntos hacia nuestro destino, forjando lo que somos, lo que nos constituye, con todo lo positivo y lo negativo, y con el riesgo que ello conlleva. Es el riesgo de estar vivos y activos ante la vida.
Noticia elaborada por:
Javier de Haro. Coordinador Territorial de Chincha-Perú
Francisco Bustillos. Comunicador Social de Chincha-Perú