En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N), nuevas cifras vuelven a encender las alertas: casi 9 de cada 10 mujeres asegura haber atravesado alguna situación de violencia de género, según el Índice de Concientización de la Lucha Contra la Violencia Contra Mujeres y Niñas de la Fundación Instituto Natura. En el Perú, la situación es aún más preocupante: solo el 20 % de personas está altamente concientizado y una de cada tres mujeres ni siquiera reconoce como violencia conductas que ha vivido en su día a día.
En este contexto, la campaña “Llámala por su nombre”, impulsada por Avon y Fundación Instituto Natura, busca romper la normalización de agresiones que se esconden en gestos, frases o controles cotidianos. “La violencia no siempre deja marcas visibles. También puede manifestarse de manera silenciosa a través de gestos, actitudes o palabras”, señala Jaira Alencastre, jefa de Fundación Instituto Natura. “El primer paso es identificarlas, reconocer esas señales que muchas veces pasan inadvertidas bajo la idea de ‘así se demuestra el amor o el cuidado’”, agrega.
¿Cuáles son los cinco tipos de violencia que se sigue normalizando en el marco del 25N?
1. Violencia física
Incluye golpes, empujones, quemaduras y cualquier acto que dañe el cuerpo o ponga en riesgo la salud. También se expresa cuando se destruyen objetos durante una discusión.
2. Violencia sexual
Implica coacción o imposición en actos sexuales. Ejemplos: insistir pese al “no”, manipular métodos anticonceptivos o retirar el preservativo sin consentimiento.
3. Violencia económica o patrimonial
Busca generar dependencia financiera: controlar gastos, impedir que la mujer trabaje o estudiar, retener bienes o documentos, o incumplir la pensión alimenticia.
4. Violencia simbólica o moral
Reproduce estereotipos que subordinan a la mujer: juzgar su ropa, cuestionar sus decisiones, afirmar que no puede viajar sola o tildarla de “histérica” o “arrogante”.
5. Violencia psicológica o emocional
Se basa en controlar, humillar o manipular: revisar el celular, decidir cómo debe vestirse, interrumpirla constantemente o ejercer mansplaining.
“Visibilizar estas formas de violencia es una responsabilidad colectiva”, afirma Alencastre. “No basta con identificarlas: debemos acompañar, escuchar sin juzgar y abrir espacios de conversación”.
Cada vez que una mujer identifica, denuncia o acompaña a otra, se rompe una cadena de silencio y miedo. El cambio empieza con un acto simple pero poderoso: llamar la violencia por su nombre y no mirar hacia otro lado.
Con ello, se busca que las personas no miren a otro lado cuando vean las señales, sino que nombre las diferentes agresiones, por lo que son: situaciones graves que vulneran los derechos humanos.
25N: ¿cómo y dónde pedir ayuda?
Cuando llamamos a la violencia por su nombre, el siguiente paso es actuar. Si tú o alguien que conoces atraviesa una situación de violencia, no estás sola.
Para buscar orientación y acompañamiento gratuito, puedes comunicarte con:
- La Línea 100, disponible las 24 horas del día, durante todo el año.
- El Chat 100, con atención confidencial y en tiempo real. Puedes entrar a https://chat100.warminan.gob.pe/
- Centros de Emergencia Mujer (CEM): ofrecen atención psicológica, social y legal gratuita en todo el país.
Para denunciar casos de violencia en curso o solicitar intervención inmediata, comunícate con la Línea 105 de la Policía Nacional del Perú.









