
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha reafirmado su compromiso de recuperar el segundo lugar en producción mundial de cobre, posición que Perú perdió en 2023 frente a la República Democrática del Congo. Para lograrlo, el país apuesta por la optimización de permisos, la implementación de la Ventanilla Única Digital para el Sector Minero y el avance de nuevos proyectos estratégicos.
Según el último Boletín Estadístico Minero, en 2024 la producción de cobre en Perú alcanzó las 2.736.150 toneladas métricas finas (TMF), lo que representó una leve caída del 0.7% respecto al año anterior. Esta contracción, la primera en cuatro años tras la recuperación post-pandemia, dejó al país con una producción por debajo de la meta gubernamental de tres millones de toneladas anuales.
Factores que impulsarán la recuperación
Pese a este descenso, el Minem confía en que el país puede retomar el crecimiento mediante el desarrollo de proyectos en etapa temprana como La Granja, Michiquillay, Cotabambas y Haquira. De concretarse, estos proyectos aportarían significativamente a la producción y permitirían recuperar el liderazgo en el sector.
Además, Perú sigue consolidándose como un destino atractivo para la inversión minera. Con aproximadamente 100 millones de toneladas métricas finas (TMF) en reservas de cobre, un marco legal estable y acceso a mercados estratégicos como China, el país mantiene su competitividad en la industria.
«El reto es impulsar el inicio de 11 grandes proyectos de explotación minera, los cuales generarán empleo, desarrollo regional y mayores ingresos para el país», señalaron desde el Minem.
El desafío del Congo y la ausencia de nuevos proyectos
Desde 2023, Perú ha sido desplazado al tercer lugar en la producción mundial de cobre por la República Democrática del Congo, que cerró 2024 con una producción estimada en 3.3 millones de TMF, superando en 500 mil toneladas a la peruana.
En contraste con Perú, el Congo ha logrado expandir rápidamente su producción gracias a la puesta en marcha de nuevas minas y ampliaciones, como el caso de Kamoa-Kakula. Mientras tanto, en el territorio peruano, la última gran incorporación fue Quellaveco en 2023 y no se sumaron nuevos proyectos en 2024.
«El país ha trabajado en recuperar los niveles de producción previos a la pandemia, pero para sostener el crecimiento se requiere agilizar permisos y destrabar inversiones», afirmó Juan Carlos Ortiz, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Retos regulatorios y el impacto electoral
Uno de los principales desafíos que enfrenta la industria minera peruana es la demora en la aprobación de permisos para nuevas operaciones. Actualmente, la burocracia ha ralentizado la ejecución de proyectos, lo que ha impedido un crecimiento más dinámico del sector.
A esto se suma la creciente incertidumbre por la cercanía de las elecciones presidenciales de 2026, lo que podría generar cautela entre los inversionistas extranjeros.
LEA TAMBIÉN: Pan American Silver impulsa la modernización de sus minas peruanas con US$103.5 millones
Otro punto de preocupación es el avance de la minería ilegal, que no solo representa un riesgo ambiental y económico, sino que también amenaza la estabilidad del sector formal.
El Congreso, por su parte, está evaluando una reforma a la Ley General de Minería, la cual propone cambios en los plazos y penalidades de las concesiones mineras. De aprobarse, las empresas tendrían menos tiempo para iniciar sus inversiones y se incrementarían las sanciones por incumplimientos.
Perspectivas para 2025
El Minem estima que en 2025 la producción de cobre supere los 2.8 millones de TMF, impulsada por la optimización de trámites y la activación de nuevos proyectos.
Si bien el objetivo de recuperar el segundo lugar en el ranking global no será fácil, el país aún cuenta con una gran base de recursos y un potencial geológico envidiable. El desafío estará en acelerar las inversiones y generar las condiciones para un crecimiento sostenido que permita volver a posicionar a Perú como un líder mundial en la producción de cobre.