La industria turística aún lucha por recuperarse, pero el Parlamento le da la espalda a uno de sus motores principales: Promperú.

Por Stakeholders

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En un movimiento que ha encendido las alarmas del sector turístico, el Congreso de la República aprobó un dictamen que propone modificar la distribución del Fondo para la Promoción y Desarrollo Turístico Nacional, lo que implicaría un recorte directo al presupuesto de Promperú. La entidad, encargada de mostrar al Perú en el exterior como destino turístico y de atraer inversión, vería reducidos sus ingresos del 80% al 50%.

El dictamen, sustentado en los proyectos de ley 785/2023-CR y 7706/2023-CR, plantea que el otro 50% del fondo sea asignado al Plan Copesco Nacional, una entidad dedicada principalmente a obras de infraestructura turística. Aunque ambos organismos tienen objetivos complementarios, expertos advierten que esta redistribución puede frenar de forma crítica la visibilidad internacional del Perú.

El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) ya se pronunció en contra. En un oficio enviado al Parlamento en mayo de 2024, advirtió que cambiar el uso del fondo desvirtúa su razón de ser. “Fue creado a partir del impuesto al ingreso de personas naturales al país, con el objetivo de financiar actividades de promoción turística”, indicó la entidad, que además calificó la medida como inviable.

Desde el sector privado, las voces también se alzan. Ricardo Acosta, presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit), fue categórico: “Esto demuestra la ignorancia del Congreso. Hacen y deshacen sin ningún sustento técnico. Promperú organiza ferias, campañas y alianzas estratégicas que traen resultados. ¿Qué estudio respalda esta decisión?”, cuestionó en declaraciones a Perú21.

Un retroceso en plena recuperación

La preocupación no es menor. El turismo aún no logra alcanzar los niveles prepandemia. En 2019, el Perú recibió 4.4 millones de turistas extranjeros; en 2023, apenas superó los 3.2 millones. En este contexto, cualquier recorte a la promoción internacional representa un golpe directo al lento proceso de recuperación de esta industria, que genera millones en divisas y empleo en todo el país.

La medida no solo impactaría las campañas de imagen del Perú en el extranjero, sino también la participación en ferias internacionales, la creación de rutas turísticas y la promoción de destinos emergentes en regiones con potencial, pero escasa visibilidad.

Más preguntas que respuestas

¿Qué justifica este recorte? ¿Existe algún estudio de impacto que lo respalde? ¿Se ha evaluado el daño potencial al sector? Hasta ahora, el Congreso no ha ofrecido respuestas claras.

Mientras tanto, gremios turísticos, expertos y funcionarios públicos coinciden en que este ajuste presupuestario podría generar consecuencias negativas a corto y mediano plazo, sobre todo en regiones que dependen directamente del turismo para dinamizar sus economías locales.

En un país cuya riqueza cultural, histórica y natural es uno de sus activos más valiosos, el retroceso en promoción turística podría costar más de lo que los legisladores imaginan. Promperú no solo vende destinos: vende país. Y quitarle recursos en este momento crítico puede ser un mal negocio para todos.

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