Por Stakeholders

Lectura de:

Los líderes indígenas hicieron un llamado urgente a las autoridades para que los ayuden a detener esta actividad ilegal, que causa muerte y destrucción en sus bosques

Las fronteras del Perú, sobre todo aquellas lejanas, están abandonadas y han sido tomadas por actores que desarrollan actividades ilegales., Por ejemplo, el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís, pueblo indígena ubicado al norte de Perú, ha denunciado que más de 56 toneladas cúbicas de madera fina ilegal (unos 27 mil pies tablares) es traficada cada quince días. El pueblo indígena contó que a diario ingresan a su territorio taladores y comerciantes de madera a la cuenca del río Kanús, en la localidad de Huabal, distrito Río Santiago, en la provincia de Condorcanqui, Amazonas. Ellos extraen grandes toneladas de madera con destino a Nieva y Chiclayo. 

“Estos actores ilegales, entre ellos sicarios de los madereros, vienen amenazando de muerte a los comuneros que llevan a cabo la interdicción, debido a la inacción, falta de apoyo y hasta complicidad de las autoridades estatales”, dijo preocupado Teofilo Kukcush Paati, jefe de Gobierno de la nación Wampís.

Al respecto, el representante de la nación Wampís precisó que, a pesar de las innumerables gestiones que han realizado los representantes de la nación Wampís a nivel local, regional y nacional, la inacción del Estado continúa frente a este tipo de delito. “Serán responsables las autoridades que con notoria pasividad y falta de diligencia no actúan frente a los hechos de violencia que promueven los extractores y comerciantes”, agregó el jefe de gobierno.

“Hacemos un llamado al presidente del Consejo de Ministros, Anibal Torres, y a los ministros del Interior, Defensa, Agricultura y Ambiente, así como al Gobernador de Amazonas, a hacer que el Estado cumpla con su deber y responsabilidad. Los llamamos a actuar e impedir que se repitan los hechos del escándalo internacional sobre los asesinatos de los defensores indígenas de la comunidad de Saweto por madereros ilegales, ocurridos en setiembre del 2014”, recordó Teofilo Kukcush Paati. 

Desde 2020, la Nación Wampís ha denunciado la falta de acción efectiva del Estado ante la tala y comercio ilegal masivo de madera en su territorio, a pesar de múltiples reuniones con las autoridades. Por esa razón el pueblo Wampís tuvo que asumir el control de la madera que era trasladada a Ecuador, encargándose de las acciones de interdicción. 

“Necesitamos de manera urgente el apoyo y presencia del gobierno y el Estado para evitar que sigan destruyendo nuestros bosques y sobre todo generando violencia que puede escalar y cobrar víctimas de modo lamentable”, expresó Wrays Pérez, ex Pamuk del Gobierno Territorial Autónomo Wampís. Asimismo, hizo un llamado al Ministeriom del Interior, las fiscalías del Medio Ambiente, y las entidades del Estado para intervenir y enfrentar esta amenaza al pueblo Wampís.

“Aun cuando sostuvimos reuniones al más alto nivel para procurar que los sectores competentes, en coordinación con nosotros, realicen acciones para frenar las actividades ilegales en nuestro territorio, nada se hizo. Por ello, nos toca a hacer frente a una nueva y seria amenaza con el ingreso masivo de estos comerciantes, donde posiblemente exista complicidad con las autoridades estatales; resulta evidente el nivel de concertación que hay con estos delincuentes”, denunció también Galois Flores Pizango, vicepresidente de gobierno de la nación Wampís.

Sobre la nación Wampís

El territorio integral de la nación Wampís se encuentra al norte de Perú y abarca tanto a zonas de la región Amazonas como de Loreto. Se ubica geográficamente en los distritos río Santiago y Morona, siendo su extensión territorial de 1 327,760 has en las cuales se encuentran asentadas 22 comunidades Wampis tituladas, con 15 300 habitantes aproximadamente (PNUD, 2013).







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.