Por Stakeholders

Lectura de:

Francesca Mayer
CEO Perú Green Building Council


Francesca Mayer Martinelli – CEO Perú Green Building Council

Hoy en día vivimos en un mundo de constante innovación tecnológica, lo que hace que el ámbito de la sostenibilidad avance de manera exponencial entre los diversos sectores. En el sector construcción, las edificaciones ya no son las únicas que se pueden llamar inteligentes, la nueva tendencia es la creación de ciudades inteligentes, también conocidas como “Smart Cities”. Pero, ¿qué implica ser una Smart City? Y más importante aún, ¿qué pasa con las ciudades que no lo son?, ¿pueden llegar a serlo?

Durante mi visita a la feria Greencities en Málaga el año pasado, pude notar una gran inclinación hacia la incorporación de tecnologías de información en la creación, así como operación, de grandes y pequeñas ciudades. Los 3 trending topics del evento fueron el Internet of Things, IoT por sus siglas en inglés o Internet de las Cosas; el Big Data y la reincorporación del elemento persona como el centro de diseño de las ciudades.

El IoT, aplicado al ámbito ciudades sostenibles, hace alusión a la interconexión de sistemas y servicios de una ciudad. Pongamos el ejemplo de lo que está sucediendo en el país: la creación del nuevo ATU (Autoridad de Transporte Urbano) busca integrar todos los sistemas de transporte de la ciudad de Lima, vehicular y no vehicular (bicicletas), dentro de una misma plataforma. Un buen uso del IoT sería el de integrar estos servicios dentro de una plataforma digital, que no solo facilite al usuario el poder identificar las mejores rutas y hacer el match con el mejor medio de transporte, tener una cuenta conjunta de pago para todos los medios, fácil de monitorear y regular, pero que también ofrezca la oportunidad de generar patrones de movimiento, tendencias por tipo de usuario, picos de horas, entre otra información muy valiosa para poder seguir optimizando los servicios de la ciudad. El IoT es mejor aprovechado cuando genera data.

El Big Data puede ser un tema un poco confuso para entidades gubernamentales, sobre todo porque muchas veces, no saben qué hacer con ella. Big Data hace referencia a una gran cantidad de data (información) proveniente de diversos patrones de uso y, en muchos casos, del uso de móviles y sistemas interconectado por internet. La idea con esta recopilación de información es analizarla para desarrollar ideas orientadas a tomar mejores decisiones y estrategias durante el proceso de creación y adaptación de ciudades a las nuevas tendencias del siglo XXI, totalmente orientadas hacia poner a la persona, al ciudadano, como cliente de los servicios que ofrece la ciudad. En muchos casos, el Big Data ofrece respuestas a pregunta que no se sabía que existían. Ofrece puntos de referencia clave para la aceleración hacia el cambio sostenible.

Este tipo de estrategias, que esperemos sea aplicada con esta innovadora propuesta del Ministerio de Transporte en nuestra ciudad, es un excelente ejemplo de lo que una ciudad puede implementar en miras de convertirse en una Smart City. Por otro lado, también es muy importante el enfoque en las personas, y aunque parece un poco obvio, realmente no ha sido el caso últimamente.

Durante la feria de Ciudades Sostenibles, organizada por el Costa Rica Green Building Council, hace un par de meses, tuve la oportunidad de moderar un panel con 3 dirigentes de diversas ciudades de la región Latinoamerica y conocer sobre sus estrategias para la creación de ciudades sostenibles. Puntualmente, me llamó la atención la estrategia del municipio de la ciudad de Guatemala, en donde se ha implementado un programa de representantes sectoriales que recopilan información y la comparten de manera sistemática con los dirigentes del municipio para ser considerada durante la toma de decisiones. Se podría decir que es una especie de recopilación de Big Data “manual” por parte de personas, independientes a la municipalidad, pero con buena llegada a la población y con un reconocimiento más formal que una simple junta de vecinos.

De la misma manera, se están empezando a incorporar plataformas de encuesta ciudadana a nivel global, las cuales buscan generar Big Data utilizable para las ciudades, priorizando las necesidades del ciudadano.

Ya no basta con tener luminarias LED abastecidas por paneles solares, o plataformas como Google Maps o Waze, con mapas actualizados, para decir que una ciudad es una Smart city. Hoy en día se busca una interconexión total entre los sistemas, entes reguladores y el usuario final, el cliente de los servicios de la ciudad; el ciudadano.







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