El impulso internacional para lograr un acuerdo sobre un acuerdo jurídicamente vinculante para acabar con la contaminación por plásticos resultó estar fuera del alcance de los Estados reunidos en Ginebra el último viernes. ¿Qué se avanzó y resta por pactar?

ONU: Países petroleros bloquean el tratado global contra la contaminación por plásticos

Por Stakeholders

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Las negociaciones internacionales para alcanzar un tratado vinculante contra la contaminación por plásticos concluyeron sin acuerdo en Ginebra. Tras diez días de intensas rondas, un reducido pero influyente grupo de países petroleros impidió que el texto final incluyera compromisos sobre la reducción de la producción, dejando en suspenso la que se perfilaba como una herramienta clave para enfrentar una crisis ambiental y sanitaria de escala global.

“Es profundamente decepcionante dejar Ginebra sin un progreso significativo una vez más”, señaló Erin Simon, vicepresidenta de WWF. Para la organización ambientalista, este nuevo estancamiento significa que la contaminación por plásticos seguirá fuera de control, mientras el planeta espera una acción urgente.

En el plenario final, el representante de Noruega, Petter Ølberg —quien copresidía el bloque de países que defendían un acuerdo “ambicioso”— lo resumió sin rodeos: “No tendremos un tratado sobre la contaminación plástica aquí en Ginebra”. La división fue clara. De un lado, la Unión Europea, América Latina, África, Canadá, Australia y los Estados insulares exigían un pacto que incluya limitar la producción y prohibir aditivos peligrosos. Del otro, países productores de petróleo, como Arabia Saudita e India, presionaron para reducir el alcance del acuerdo a la sola gestión de residuos.

Los proyectos contra la contaminación por plásticos al aire

El presidente de la negociación, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, presentó dos borradores en menos de 24 horas, pero el último texto —todavía con más de un centenar de puntos por definir— tampoco logró consenso. Para países vulnerables, el revés es devastador. “Hemos perdido una oportunidad histórica”, advirtió la delegación cubana, mientras Tuvalu, en nombre de 14 pequeños Estados insulares del Pacífico, alertó que sin cooperación global millones de toneladas de plásticos seguirán contaminando los océanos, afectando la seguridad alimentaria y la cultura de sus pueblos.

Las críticas arreciaron. La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, condenó que “un puñado de países, guiados por intereses financieros a corto plazo”, bloqueara un acuerdo que debía priorizar la salud de las personas y la sostenibilidad de las economías. Greenpeace, por su parte, responsabilizó directamente a la industria petroquímica, acusándola de “sacrificar al planeta en nombre de las ganancias inmediatas”.

Este no es el primer fracaso. Ya en Busan, Corea del Sur, a finales de 2024, los Estados no lograron consensuar un marco común. Mientras tanto, la producción mundial de plásticos sigue en ascenso: desde el año 2000 se ha fabricado más que en las cinco décadas anteriores, en su mayoría de un solo uso. Según la OCDE, si no se adoptan medidas drásticas, la producción anual —hoy de 450 millones de toneladas— se triplicará hacia 2060. Menos del 10% se recicla.

La negociación no se da por concluida. El PNUMA adelantó que habrá una próxima sesión (INC 5.3), cuya sede y fecha están por definirse. Pero tras este nuevo bloqueo, las dudas crecen sobre la viabilidad de un acuerdo global capaz de responder a una crisis que amenaza ecosistemas, economías y la salud de millones de personas en todo el mundo.

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