La Comisión Europea ha anunciado su intención de prohibir el uso de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), también conocidas como «químicos eternos», en productos de consumo. Estas sustancias, ampliamente utilizadas por su resistencia a temperaturas extremas y corrosión, han generado una creciente preocupación debido a su persistencia en el medio ambiente y sus posibles impactos en la salud humana y los ecosistemas.
¿Qué son los PFAS y por qué preocupan?
Los PFAS son compuestos químicos que no se descomponen de manera natural, lo que provoca su acumulación en el agua potable, el suelo, los alimentos y el cuerpo humano. Su presencia está vinculada a riesgos para la salud, como trastornos hormonales y problemas renales, además de impactos negativos en la biodiversidad.
Estos compuestos están presentes en miles de productos de uso diario, como cosméticos, sartenes antiadherentes, ropa impermeable, envases de alimentos y hasta en turbinas eólicas y aviones. Según la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), la mayoría del uso de PFAS está relacionado con aplicaciones industriales, como la fabricación de plásticos y dispositivos electrónicos.
Hacia una regulación más estricta
La comisaria de Medio Ambiente de la Unión Europea, Jessika Roswall, afirmó que la propuesta de prohibición incluirá exenciones para ciertos usos industriales considerados esenciales, como los inhaladores para el asma y los semiconductores utilizados en tecnologías verdes, como los vehículos eléctricos. Sin embargo, incluso estos usos enfrentarán restricciones sobre su disposición final.
«Estamos buscando una prohibición en los productos de consumo. Es un tema importante para la salud humana y el medio ambiente, pero también para la industria, que necesita claridad sobre cómo eliminar gradualmente los PFAS», declaró Roswall en una entrevista con Reuters.
Dinamarca, Alemania, los Países Bajos, Noruega y Suecia impulsaron hace casi dos años una propuesta para prohibir de manera generalizada los PFAS. No obstante, el alcance de esta normativa aún está en evaluación y se espera que la propuesta final de la Comisión Europea se presente el próximo año, tras analizar los comentarios de diversos sectores industriales que solicitan exenciones.
Impacto de prohibir los químicos eternos en la industria
La posible prohibición ha generado preocupación en sectores como el automotriz, la energía limpia y la producción de plásticos. Asociaciones comerciales han solicitado que ciertos compuestos, como los fluoropolímeros, queden exentos, argumentando su importancia en productos esenciales como ropa impermeable y células solares fotovoltaicas.
La transición hacia alternativas más sostenibles representa un desafío técnico y económico para la industria, que deberá adaptarse a nuevas regulaciones y desarrollar materiales alternativos que cumplan con los mismos estándares de calidad y durabilidad.
Un paso hacia la sostenibilidad
La propuesta de prohibición de los PFAS se enmarca en los esfuerzos de la Unión Europea por proteger la salud pública y avanzar hacia un modelo económico más sostenible. Además de reducir los riesgos ambientales y sanitarios, esta medida busca promover la innovación en la industria química y alentar el desarrollo de materiales seguros y biodegradables.
La regulación de los «químicos eternos» refleja una tendencia global hacia un mayor control sobre los compuestos químicos persistentes. Aunque el camino hacia su eliminación total es complejo, la UE apuesta por un enfoque que equilibre la protección ambiental y las necesidades industriales, con el objetivo de garantizar un futuro más saludable y sostenible para las próximas generaciones.