Poco a poco avanza la modificación de la ley peruana para prohibir el teso de cosméticos en animales. Conversamos con la organización Te Protejo y los ejemplos internacionales que ya están vigentes.

Industria cosmética sin crueldad: Perú se alista para dar el gran salto en protección animal

Por Osmaro Villanueva

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El Congreso de la República del Perú se encuentra ante una oportunidad histórica: prohibir el testeo de cosméticos en animales. La propuesta, impulsada por el congresista Guido Bellido (Proyecto de Ley N.º 07688/2023-CR), plantea no solo poner fin a estas prácticas en la fabricación nacional, sino también vetar la importación y comercialización de productos que hayan sido probados en animales. Con ello, el país podría convertirse en la nación número 46 del mundo en adoptar una normativa de este tipo, sumándose a una ola global que promueve una industria cosmética más ética, sustentable y científica.

Una de las voces más activas en esta transformación regional es la organización Te Protejo, nacida en Chile y hoy con presencia en gran parte de América Latina. Su directora de Incidencia, Nicole Valdebenito, explica que el proyecto peruano ha sido reformulado para alinearse con los estándares internacionales vigentes, en particular con la experiencia legislativa de países como México, Colombia, Brasil y Chile.

Esta armonización legislativa —señala— «facilita la implementación y el cumplimiento por parte de la industria», especialmente en un contexto donde la mayoría de productos cosméticos que se consumen en la región son importados.

Un triple frente de acción

El proyecto contempla un enfoque integral que aborda tres ejes fundamentales: producción, importación y comercialización. Primero, prohíbe que marcas nacionales —ya sea que fabriquen en Perú o en el extranjero— testeen en animales sus productos o insumos destinados al mercado peruano. Segundo, establece que ningún cosmético probado en animales podrá ser importado. Y finalmente, impide que distribuidores y comercializadores en territorio nacional ofrezcan productos que no cumplan con esta exigencia.

Sin embargo, como advierte Valdebenito, la ley peruana no puede regular lo que ocurra fuera de sus fronteras, por lo que una marca podría seguir haciendo pruebas en países donde aún son legales, siempre que no destinen esos productos al mercado peruano. Aquí radica la importancia de una vigilancia efectiva y de un reglamento técnico que especifique cómo se fiscalizará esta nueva normativa.

Nicole Valdebenito, directora de Incidencia de Te Protejo.

Alternativas a la crueldad: ciencia y tecnología al servicio de la seguridad

Una de las principales objeciones de las industrias reticentes a este cambio es la supuesta falta de opciones viables para garantizar la seguridad de sus productos. Pero esta idea, como explica Valdebenito, ya ha sido ampliamente superada por los avances científicos.

«Hoy existen más de 40 pruebas alternativas aprobadas por la OCDE», afirma. Estas incluyen cultivos celulares y epiteliales que simulan piel humana, microchips que replican funciones de órganos, modelos matemáticos, impresiones 3D e incluso el uso de bibliografía científica acumulada durante décadas, que permite evitar la repetición innecesaria de pruebas.

Lejos de ser una limitación, esta transición se presenta como una oportunidad para el desarrollo científico local. «En América Latina aún no tenemos suficientes laboratorios especializados en estos métodos alternativos, y es una deuda pendiente que debemos saldar», sostiene Valdebenito. Esto abre la puerta a políticas públicas que impulsen la innovación tecnológica con un enfoque ético y sustentable.

Lecciones regionales: el ejemplo de Chile

La experiencia latinoamericana con legislaciones similares ofrece aprendizajes valiosos. México y Colombia, por ejemplo, aprobaron sus respectivas leyes en 2021 y 2020, pero aún no han logrado implementarlas completamente por falta de reglamentación. En cambio, Chile ha logrado avanzar de forma más ágil: su normativa ya está vigente y su reglamento técnico está en proceso de consulta pública.

Para Perú, esta experiencia revela una lección clave: no basta con aprobar una ley; es esencial que el proceso de implementación y fiscalización se trabaje en paralelo. Además, como país miembro de la Comunidad Andina, deberá armonizar esta legislación con las normativas regionales, lo que añade una capa adicional de complejidad.

El rol del consumidor: el cambio desde abajo

Más allá del aspecto legal, la demanda del consumidor está desempeñando un papel cada vez más relevante en esta transición. Según datos de 2023, el 46% de los consumidores a nivel global prioriza marcas con políticas sostenibles, mientras que entre el 70% y 80% de las mujeres —principales decisoras de compra en los hogares— valoran productos respetuosos con el medio ambiente y los animales.

Chile nuevamente destaca como referente. Una encuesta de Te Protejo junto a Inside Research reveló que un 68 % de los chilenos prefiere productos cruelty free, un factor que ha influido notablemente en la evolución del mercado local.

En Perú también se percibe un cambio de conciencia. Si más ciudadanos exigen productos libres de crueldad animal, esto no solo presionará a las marcas para adoptar nuevas prácticas, sino que además abrirá la puerta a un mercado más ético, competitivo y sostenible.

Te Protejo: una estrategia integral

Desde Te Protejo, el trabajo se articula en cinco ejes estratégicos: la concientización del consumidor, la incidencia legislativa, la certificación de marcas cruelty free, el fortalecimiento de alianzas con empresas comprometidas y, recientemente, la investigación científica.

A lo largo de más de una década, la organización ha logrado posicionarse como uno de los principales motores del cambio en la región. En palabras de Valdebenito, “no solo buscamos un cambio legal, sino también motivar el desarrollo tecnológico y transformar las políticas internas de las empresas”.

Camino al país número 46

La aprobación del Proyecto de Ley N.º 07688/2023-CR convertiría a Perú en el país número 46 del mundo en prohibir las pruebas cosméticas en animales. Pero más allá de la cifra, esta legislación representaría un compromiso concreto con el bienestar animal, la innovación científica y el respeto a las nuevas demandas sociales.

“El cambio ya empezó”, dice Valdebenito con convicción. Y si Perú lo asume con responsabilidad, podría convertirse en referente regional, no solo por alinearse con los estándares internacionales, sino por liderar una transformación ética, tecnológica y social en la industria cosmética.

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