América Latina avanza hacia una economía baja en carbono, impulsando el mercado de carbono y las energías renovables como ejes de su transformación climática. Con desafíos y oportunidades, expertos destacan la importancia de la colaboración público-privada y el apoyo internacional para reducir emisiones.

Por Stakeholders

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El mercado de carbono ha experimentado un crecimiento significativo en América Latina, con países como Colombia, Chile y México implementando iniciativas de fijación de precios al carbono. En ese sentido, la transición hacia una economía baja en carbono en América Latina se perfila como una meta esencial para la región, la cual enfrenta desafíos climáticos y ambientales urgentes.

El sector empresarial juega un rol determinante para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y contribuir a limitar el calentamiento global. Para Yanna Gruel, gerente general de Microsol Perú, la misión de la empresa se centra en la implementación de soluciones tecnológicas innovadoras que no solo ayudan a reducir las emisiones de carbono, sino que también mejoran la calidad de vida en comunidades rurales.

“Nos vemos como un puente entre el sector privado, los Gobiernos y las organizaciones internacionales para crear alianzas estratégicas que impulsen la adopción de prácticas bajas en carbono”, afirma Gruel, quien resalta la participación activa de Microsol en foros internacionales como el Peru Carbon Forum y la COP29.

Pero, ¿qué se requiere para que este cambio sea masivo? Diego Herranz Pérez, director de AENOR Región Latam, resalta la importancia de una certificación rigurosa y transparente en la transición hacia una economía baja en carbono. El primer paso en la descarbonización de una compañía – señala – es analizar todos los procesos de su cadena de valor para identificar las áreas de mayor impacto y así establecer metas alcanzables en el corto, mediano y largo plazo.

“Aseguramos la rigurosidad en cada proceso de auditoría y trabajamos de la mano con las empresas para ayudarlas a reducir su huella de carbono y a compensar sus emisiones mediante la alineación con estándares reconocidos”, menciona para Stakeholders.

Esta metodología implica cuatro pasos clave como calcular, reducir, compensar y reportar, lo que ayuda a las empresas a mapear sus procesos y establecer acciones sostenibles y transparentes en sus operaciones.

Ambos expertos coinciden en que la colaboración entre el sector privado, los Gobiernos y las organizaciones internacionales es fundamental para lograr un cambio duradero. Yanna Gruel recalca que el sector privado debe asumir un rol de liderazgo en la innovación y financiación de proyectos sostenibles que promuevan un crecimiento económico inclusivo.

“El sector privado tiene un rol clave como motor de innovación, financiación y transformación”, enfatiza. Añade que esta colaboración debe enfocarse en proyectos de mitigación y adaptación que consideren tanto los aspectos ambientales como sociales de cada región.







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