La falta de plantas de reciclaje y centros de acopio afecta la eficacia de la actividad en la búsqueda de valorizar las más de 22 000 toneladas de residuos sólidos que se generan al día en el país.

Por Milagros Bracamonte

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En la actualidad, la gestión de residuos y el reciclaje son temas de suma importancia en nuestra sociedad, considerando que la acumulación de basura y el aumento de explotación de recursos generarían enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Sin embargo, pese a los esfuerzos por promover prácticas sostenibles, nos enfrentamos a diversos desafíos que obstaculizan el progreso en este ámbito: la falta de puntos de acopio, la centralización, la informalidad y la falta de cultura en la segregación de la fuente.

De acuerdo con el Ministerio del Ambiente, el Perú generó, en el 2022, más de 22 000 toneladas de residuos sólidos al día; de ese total al menos un 75 % pudo ser reutilizado. No obstante, pese a tener este gran potencial para convertir residuos en recursos productivos, el reaprovechamiento de estos continúa siendo muy bajo. De hecho, en el Perú solo reciclamos el 1,8 % del total de residuos generados, según data de la misma institución.

Las tasas nacionales de valorización de residuos, en donde el reciclaje es la principal estrategia, todavía son bajas, según lo reportado por el Sistema de Información para la Gestión de Residuos Sólidos (SIGERSOL), con un 4.22 % para los residuos inorgánicos y 1.49 % para los residuos orgánicos, en ambos casos aprovechables. Estos indicadores reflejan que existe una gran cantidad de residuos que no se procesan, por lo que son dirigidos al relleno sanitario en el mejor de los casos o, en el peor, son dispuestos inadecuadamente en el ambiente.

Al respecto, Renzo Gomero, gerente general de Recíclame Perú, señala que “asegurar el correcto funcionamiento de los programas de segregación en la fuente y recolección selectiva de las municipalidades y su cobertura a nivel nacional son algunas medidas que pueden contribuir a mejorar la situación del reciclaje en el Perú”.

Renzo Gomero – Gerente general de Recíclame Perú

Agrega que reducir la informalidad de los recicladores base y otros actores de la cadena es clave para el aumento de la eficiencia operativa en la recolección de residuos aprovechables. En ese sentido, vale precisar que en el Perú existen alrededor de 180 mil recicladores, de los cuales solo el 3 % (5500) están formalizados, según el Minam.

Gomero hace un énfasis en la informalización. Explica que esta perjudica el desarrollo del sector porque no permite identificar los flujos de comercialización de residuos, así como las oportunidades de mejora, entre ellas el acceso a créditos para el crecimiento de los negocios de reciclaje.

“Es responsabilidad de los Gobiernos locales elaborar e implementar el Programa de Formalización de Recicladores y Recolección Selectiva de Residuos Sólidos en el ámbito de su jurisdicción, así como fiscalizar las actividades de segregación, recolección selectiva de residuos sólidos y formalización de recicladores y conducir el registro de organizaciones de recicladores autorizados”, resalta.

María José Guzmán, jefa de Economía Circular de Resiter Perú, menciona que otro de los problemas a diario es la incorrecta segregación de residuos en el país, tanto en el ámbito no municipal como municipal. En este aspecto, precisamente, es donde los recicladores son actores claves para la recuperación de residuos mal segregados.

“Por ello, es fundamental apuntar a agilizar la interiorización y, a la par, la formalización de ellos; puesto que son quienes nos ayudan a rescatar residuos correcta e incorrectamente segregados, contribuyendo así a mitigar el impacto negativo de la gestión de residuos en el medioambiente”, recalca.

Infraestructura insuficiente

La falta de plantas de reciclaje y centros de acopio en el país plantea diversos problemas significativos que afectan la eficacia del reciclaje y la gestión de residuos. Esta carencia atañe factores ambientales, económicos, sociales y operativos. Las pocas instalaciones existentes no se abastecen para manejar el volumen total de residuos generados, lo que resulta en una baja tasa de reciclaje y una gestión ineficiente de los residuos.

Respecto a la cantidad de centros de acopio en el Perú, el último estudio realizado por el Minam que data del 2018 reveló que en ese momento existían cerca de 490 a nivel nacional, de los cuales el 82 % son informales. Gomero destaca la predominancia para el acopio y el reciclaje de residuos en la capital; por lo que la insuficiencia de infraestructura para recolección y reciclaje podría acrecentarse en mayor nivel en las provincias del Perú.

“Los aceites de cocina al ser dispuestos de la manera inadecuada tienen un gran potencial de contaminación de cuerpos de agua naturales afectando su flora y fauna, y la fertilidad de los suelos, además generan problemas en los sistemas de saneamiento”.

“Es fundamental desarrollar mecanismos público-privados para el desarrollo de infraestructura que permitan la valorización de residuos, tanto a nivel de centros de acopio y tecnologías para el reciclaje. Es clave comprender que cada tipo de residuo es particular y presenta sus propias barreras a nivel técnico, económico y social”, argumenta.

Bajo ese contexto, María José Guzmán sostiene que en comunidades indígenas en la selva del Perú es difícil hablar sobre la adecuada gestión de residuos, debido a que no cuentan con rellenos sanitarios autorizados y tampoco tienen tecnología para valorizar los residuos. “Es importante descentralizar y fomentar una economía circular planificada y ajustada a la realidad de cada localidad”, detalla.

María José Guzmán – Jefa de Economía Circular de Resiter Perú

Aceite doméstico

El aceite usado es uno de los productos domésticos que, pese a su alto potencial contaminante – según estudios, solo 1 litro puede contaminar 1000 litros de agua -, puede ser reciclado de manera efectiva para minimizar su impacto ambiental. Empero, la gestión de este residuo presenta varios retos significativos. Entre ellos, nuevamente la falta de puntos de acopio especializados y la desinformación sobre su oportunidad de reciclaje.

El gerente general de Recíclame Perú manifiesta que “los aceites de cocina al ser dispuestos de la manera inadecuada tienen un gran potencial de contaminación de cuerpos de agua naturales afectando su flora y fauna, y la fertilidad de los suelos, además generan problemas en los sistemas de saneamiento obstruyendo las tuberías por donde fluyen las aguas residuales al solidificarse”.

Exhortó también, a las empresas que recuperan los aceites usados, contar con un proceso gestionado de manera adecuada que aseguren su valorización.

Para la jefa de Economía Circular de Resiter Perú, la reciclabilidad de un producto depende de la calidad de este. Si bien, el aceite residual es un residuo peligroso reciclable y bastante cotizado, uno de los retos con los que nos enfrentamos a diario es con la segregación en la fuente.

En ese punto señaló que si el aceite cuenta con un alto porcentaje de humedad, la posibilidad de que sea aceptado por las plantas autorizadas de valorización es nula; esto genera que vuelva a ser dispuesto a rellenos de seguridad. “El generador es clave para recuperar los residuos en buen estado desde la fuente”, asintió.







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