
En el Perú, la cerveza no solo es motivo de celebración. Es también un motor económico clave, con un aporte cercano al 1% del Producto Bruto Interno (PBI), una recaudación tributaria anual de más de 4 mil millones de soles y una profunda presencia en la cadena comercial minorista del país.
En el marco del Día Internacional de la Cerveza, el Comité de Fabricantes de Cerveza de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) ha destacado el impacto transversal de esta bebida en el tejido económico y social peruano.
Según la entidad, el sector cervecero representa una fuente de ingresos relevante para más de 350 mil bodegas a nivel nacional, en las cuales la cerveza constituye aproximadamente el 30% de sus ventas totales. Esto convierte a esta industria no solo en un actor productivo, sino también en un importante sostén del pequeño comercio.
«Hoy operan más de 250 empresas cerveceras, entre grandes y artesanales, en más del 50% de las regiones del país», indicó Felipe Barbero Mariátegui, presidente del Comité de Fabricantes de Cerveza de la SNI y gerente senior de Categoría y Reputación de Backus. Estas compañías producen, en conjunto, cerca de 14 millones de hectolitros al año, abasteciendo tanto al mercado local como a segmentos especializados que apuestan por productos diferenciados y de mayor valor agregado.
El impacto del sector también se extiende al empleo: se estima que la industria cervecera genera más de 25 mil empleos directos e indirectos a nivel nacional. “Por cada dólar que aporta el sector cervecero, se generan 2.2 dólares adicionales en su cadena de valor, lo que muestra el poder multiplicador de esta industria sobre la economía nacional”, apuntó Barbero Mariátegui.
Consumo moderado de cerveza, pero con potencial
A pesar de su relevancia en la economía, el consumo per cápita de cerveza en el Perú aún se encuentra por debajo de los niveles de varios países de la región. Actualmente, se estima en alrededor de 43 litros por persona al año, mientras que en Colombia y México la cifra asciende a 55 y 65 litros respectivamente. El contraste es aún más evidente frente a países europeos como República Checa o Alemania, donde el consumo per cápita supera los 120 litros anuales.
Este margen sugiere una oportunidad de crecimiento para la industria, siempre en el marco de un consumo responsable. Las campañas de educación y promoción sobre consumo moderado son parte de los ejes de sostenibilidad que algunas compañías líderes del sector han venido promoviendo en los últimos años.