Cada vez más consumidores van adquiriendo responsabilidades con el medio ambiente, de modo que buscan ese mismo nivel de compromiso de parte de las empresas, que adopten el desarrollo sostenible en todos los procesos.
En los últimos años se ha demostrado que ejecutar adecuadamente acciones que promuevan la sostenibilidad empresarial, genera mayor valor económico, social y medioambiental, tanto con las comunidades del entorno, así como con las próximas generaciones.
Alfredo Pérsico Gutiérrez, CEO & Co-founder en FutureLab, indica que implementar la sostenibilidad en una organización requiere llevar a cabo actividades que aseguren la continuidad de los procesos operacionales con un mínimo impacto, reduciendo así los riesgos a largo plazo. Estas prácticas vienen cobrando protagonismo para las estrategias empresariales, las cuales; principalmente buscan fortalecer el relacionamiento con los principales públicos de interés.
Hoy las empresas vienen desarrollando iniciativas alineadas a los “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, adoptados por las Naciones Unidas en el 2015. Según, David Licheri, CEO de Equilibrium BDC, precisa que el estudio “Líderes y los ODS Empresariales”, realizado en conjunto con FutureLab, compañía peruana líder en innovación empresarial, indica que las prioridades de las empresas se relacionan directamente con la naturaleza de su negocio.
A continuación, cuatro claves para alcanzar una sostenibilidad exitosa en las empresas:
1. Emprender para la Sostenibilidad
Se debe fortalecer la construcción de modelos de negocio, productos y/o servicios que puedan emprenderse en las empresas que generen innovación para lograr la sostenibilidad disruptiva. Cabe mencionar que esta va más allá de implementar iniciativas externas y ajenas al negocio con foco social y sostenible.
Esto implica incorporar prácticas diarias que propicien la generación continua de proyectos con el objetivo de impulsar un impacto positivo en las esferas sociales, económicas y ambientales del país, pero con un alineamiento claro con la visión de la propia empresa. Los productos y servicios, así como la propuesta de valor de las organizaciones, deben cumplir con un propósito que fomente la sostenibilidad y no solo cumplir con un fin comercial.
2. Conecta con la comunidad
Los procesos de producción y operaciones empresariales deben ir acompañados de estrategias de relacionamiento comunitario que consideren de forma sistémica las necesidades de las diversas comunidades de su entorno. En ese sentido, el enfoque no solo debe estar en la comunidad de clientes, sino también en la comunidad de colaboradores, comunidades vecinas, comunidad de proveedores, entre otros.
La conexión genuina, empática y con propósito es indispensable para una relación sostenible a largo plazo. El entendimiento a detalle de todas las partes interesadas evita una errada comunicación hacia ellas, reduciendo el posible impacto reputacional contraproducente.
3. Escalar lo positivo
Las buenas prácticas se deben implementar desde la base y principios de la organización, y buscando escalar también los recursos locales con los cuáles dichas prácticas se vuelven realidad. De ese modo, una vez se identifiquen las mejores prácticas en modelos piloto, corresponde derivarlo a un nivel más directivo.
Por lo tanto, se requiere identificar los motores que permitan articular los procesos comerciales, operativos y administrativos de las empresas propiciando el impulso de las iniciativas con impacto en el desarrollo sostenible de las comunidades.
4. Medir el impacto
Para comprender realmente el impacto que generan determinadas operaciones en las comunidades, es importante medir dicho impacto a nivel macro, como organización, así como a nivel micro, a través de un proyecto. Es así que, en las etapas de exploración y conocimiento del público objetivo, se debe establecer una línea base como punto de partida, siendo esta la guía para la definición de iniciativas de desarrollo sostenible.
La medición debe estar en continua evolución, evaluando los resultados, aprendiendo de ellos y definiendo los indicadores que permitan una mejor medición del impacto de cada intervención.