El gigante industrial 3M deberá pagar alrededor de 12.500 millones de dólares a los proveedores públicos de agua (PWS, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, luego de contaminar las aguas con los llamados “químicos eternos”. Así lo aprobó un juzgado estadounidense el último lunes.
Este acuerdo, ratificado por el tribunal de Charleston (Carolina del Sur), marca un hito en la lucha contra la contaminación química y la protección de los recursos hídricos. La suma acordada será destinada a los PWS que hayan detectado o puedan detectar en el futuro la presencia de sustancias perfluoroalquiladas (PFAS), un grupo de agentes químicos sintéticos que representan una seria amenaza para la salud humana y el medio ambiente.
Los pagos, que se extenderán durante un período de 13 años hasta 2036, compensarán los daños causados por la contaminación y ayudarán a los sistemas de agua a implementar medidas de mitigación y control. Además de la compensación financiera, 3M se compromete a dejar de fabricar los PFAS a partir de 2025, en un esfuerzo por prevenir futuras contaminaciones.
Las PFAS que se acumulan en el medio ambiente y en los organismos vivos han sido asociadas con una serie de problemas de salud, incluyendo daños hepáticos, enfermedades tiroideas, obesidad, problemas de fertilidad y cáncer, según la Agencia Europea del Medio Ambiente. Este acuerdo marca un paso significativo hacia la protección de la salud pública y el medio ambiente contra los efectos nocivos de estos químicos persistentes.
No es la primera vez que 3M enfrenta consecuencias por su papel en la contaminación con PFAS. En Europa, la empresa fue objeto de críticas y demandas después de que se revelara la presencia de niveles extremadamente altos de estos químicos alrededor de una de sus fábricas en Bélgica.