Por Stakeholders

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El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ha ordenado a Repsol que deje de mezclar arena impregnada con petróleo con arena limpia como «metodología de limpieza» del derrame de crudo ocurrido el pasado 15 de enero.

A través de un comunicado, el ente adscrito al Ministerio del Ambiente precisó que esta acción se venía realizando en la zona supramareal de la playa San Gaspar, ubicada en la norteña provincia limeña de Huaral.

Además, recordó que medidas administrativas como esta son obligatorias y advirtió que su incumplimiento puede ocasionar la imposición de multas coercitivas de hasta 460,000 soles (unos 123.000 dólares) por cada una de ellas.

A casi tres meses después del derrame, el organismo público ya ha impuesto cinco multas a Repsol por un monto total de 2,3 millones de soles (unos 615.000 dólares) por haber incumplido 5 de las 16 medidas administrativas dictadas, entre ellas la identificación de las zonas afectadas por el derrame, la limpieza, contención y reparación de hidrocarburos.

«El OEFA continuará dictando medidas administrativas adicionales cuando se evidencie o se determinen potenciales riesgos que produzcan daños al ambiente o a la salud de las personas y verificará el cumplimiento de estas por parte de la empresa supervisada», aseguró en la nota.

En marzo, Repsol informó que registraba un 89 % de avance en su cronograma de limpieza y acciones de primera respuesta frente al derrame de petróleo, que se esparció a lo largo de unos 50 kilómetros de costa, desde Ventanilla, en el Callao, hasta la ciudad de Chancay, en el norte del departamento de Lima, afectando 11,9 kilómetros cuadrados entre playas y agua.

En paralelo, la empresa firmó un acuerdo con el Gobierno peruano mediante el cual se comprometió a entregar 3,000 soles (unos 805 dólares) como anticipo de indemnización a los pescadores y comerciantes afectados por el vertido de crudo.

El derrame ocurrió el 15 de enero, cuando el buque italiano Mare Doricum descargaba combustible a las tuberías submarinas de la refinería La Pampilla, que opera Repsol en el municipio de Ventanilla, en la provincia limeña del Callao.

En un primer momento, Repsol reportó que se trataba de una fuga de 0,16 barriles (unos 25 litros) y que había sido causada por el «oleaje anómalo» producido por una erupción volcánica en Tonga.

Pero, tres días después, la empresa elevó esa cifra a 6,000 barriles, aunque finalmente calculó que habrían sido 10,400, aún menos de los 11,900 que estima el Gobierno peruano (1,9 millones de litros).







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