Por Stakeholders
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Una persona quemó al menos una tonelada de carbón durante el 2022. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), hasta mediados de diciembre se habrían usado más de 8.025 millones de toneladas (Mt) de carbón, la cifra más alta que se ha registrado hasta el momento.
China es el principal país consumidor de este hidrocarburo con una producción mundial de 4.250 Mt. Le siguen la India con 1.103 Mt. y la Unión Europea (UE) con 478 Mt.
El consumo de carbón de Estados Unidos fue de 465 Mt, disminuyendo así lo usado durante el 2021. La AIE estima que el consumo de carbón llegará a su tope en el 2023, y se estabilizará hasta 2025, cuando comenzará a decaer.
Retrocesos
Las altas cantidades de carbón que aún se siguen quemando genera un grave impacto para el medio ambiente, haciendo imposible la meta de reducir el calentamiento global.
También representa un fuerte retroceso en relación a los avances logrados hasta 2020, año en el que se había llegado a una importante merma en el consumo.
Esa caída del 4,4% interanual, registrada hace dos años, había llevado a muchos a ilusionarse con que esta problemática fuente de energía estaba siendo reemplazada por recursos más limpios.
«El fin del carbón está a la vista», había el secretario de Empresa y Energía del gobierno británico, Kwasi Kwarteng, durante el cierre del COP26, en noviembre del 2021.
¿Por qué aumentó su producción?
Las principales causas fueron dos: la postpandemia y la guerra en Ucrania.
El carbón sirve para generar electricidad y la demanda energética aumentó en 2021 y 2022, luego que se levantaran las restricciones internacionales impuestas por la pandemia de la Covid 19..
Por otro lado, la invasión rusa a Ucrania, a fines de febrero, provocó un aumento en los precios del gas. Al carecer de este producto, muchos países europeos volvieron a usar carbón para potenciar su red eléctrica.
Hay esperanza
A pesar de que el uso del carbón se ha incrementado, la AIE se mostró alentadora sobre el futuro.
El director de Mercados Energéticos y Seguridad de la AIE, Keisuke Sadamori, señaló que el mundo está cerca de alcanzar su nivel más alto en el uso de combustibles fósiles y el carbón será el primero en disminuir.
«La demanda de carbón es obstinada y probablemente alcanzará un máximo histórico este año, lo que aumentará las emisiones globales», afirmó. Añadió que «todavía hay muchas señales de que la crisis actual está acelerando el despliegue de energías renovables, eficiencia energética y bombas de calor, lo que ayudará a regular la demanda de carbón en los próximos años».
