Por: Marco Minaya
mminaya@stakeholders.com.pe
No hay duda que la biodiversidad representa un factor clave al momento de hablar del medio ambiente, ya que nos remite a la conexión de las personas con la naturaleza. Al respecto, Stakeholders conversó con Gonzalo Castro de la Mata, Presidente del Panel de Inspección Banco Mundial, Washington DC, quien expresó lo transcendental que es la biodiversidad como patrimonio nacional de todos.
¿Cuál es la situación que enfrenta el Perú en materia de Biodiversidad en comparación con otros países de Latinoamérica?
Hemos avanzando a nivel de marco regulatorio. Se ha generado un sistema de áreas protegidas (tanto públicas como privadas). Sin embargo, nos faltan áreas protegidas marinas, sobre todo en el Norte del país. Por otra parte, la deforestación avanza producto de la expansión de la frontera agrícola en forma desordenada, y por la minería ilegal. Finalmente, faltan incentivos para que el sector privado pueda hacer más por la conservación.
¿En qué medidas debe centrarse más el Estado para contrarrestar dicha situación?
El Estado tiene que dejar de ver a las industrias extractivas solo como posibles contaminadoras y depredadoras, y más bien verlas como aliadas en la conservación. El caso de Perú LNG es muy interesante, porque han establecido estándares de comportamiento impecables, además de apoyar la conservación e investigación en colaboración con instituciones nacionales e internacionales como el Smithsonian.
En ese sentido, ¿de qué forma puede el sector privado intervenir al respecto?
El sector privado tiene que entender que la conservación de la biodiversidad no solo ayuda a mejorar su imagen corporativa, sino que además permite obtener mayor apoyo de las comunidades locales, sobre todo en las industrias extractivas, donde todavía hay conflictos. No obstante, hay ejemplos de nivel mundial, como la empresa Inkaterra que se ha consolidado como un líder mundial en el manejo sostenible del turismo, y al mismo tiempo apoyando fuertemente la conservación y la investigación.
Asimismo, existe una responsabilidad ciudadana de cada uno de nosotros con nuestro entorno. ¿De qué forma podemos contribuir para contrarrestar esta situación?
El ciudadano tiene que exigir que sus derechos se cumplan. La biodiversidad es un patrimonio nacional que nos pertenece a todos, y por lo tanto es nuestro deber levantar la voz cuando vemos depredación y destrucción. El Estado se debe al ciudadano, y está obligado a reflejar los intereses de la sociedad.