Rodrigo Puritano – Embajador de la YMCA en COP26
y parte de un equipo de soluciones liderado por jóvenes
(Youth-Led Solution Team) sobre cambio climático
Hace casi dos semanas llegué a Glasgow para sumarme a la COP26 como parte de la delegación internacional de la YMCA; un grupo de jóvenes líderes de diferentes países y con diversos con dos objetivos trazados. El primero es mostrar los resultados que se han logrado con 35 soluciones lideradas por jóvenes (YLS por sus siglas en inglés) para responder al cambio climático, tras casi dos años de trabajo y 250 mil dólares invertidos por la YMCA a nivel global. Nuestro segundo objetivo es formar parte de las negociaciones como observadores, y tratar de comprender el proceso, aprender sobre las discusiones que tienen lugar en la COP y prepararnos para poder aportar nuestra visión en el futuro.
Como coordinador de SUMAQ MURU, una YLS que transforma residuos plásticos en infraestructura sanitaria para personas sin acceso adecuado a agua y saneamiento en Perú, me he enfocado en lo primero. En estas dos semanas, he participado de paneles, entrevistas y eventos, hablando sobre la iniciativa YLS, las más de 38 mil personas en todo el mundo alcanzadas por estas soluciones, la inversión de YMCA desde el 2020 para financiar el trabajo de voluntarios en YLS de todo el mundo y la campaña de recaudación que busca elevar ese monto a 1 millón de dólares para continuar y expandir nuestra labor.
Mientras se acerca el final de las negociaciones, me convenzo aún más de que los jóvenes debemos involucrarnos y ser involucrados en la discusión sobre el cambio climático y justicia climática. No se trata sólo de nuestro futuro, sino del presente de toda la humanidad, especialmente de aquellos que están siendo más afectados por el cambio climático. Por ejemplo, Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático, principalmente en términos de agua y saneamiento. Como explica USAID, en los últimos años el país ha enfrentado un fuerte incremento de grandes inundaciones, sequías prolongadas y escasez en el suministro de agua en la estación seca, lo que impacta negativamente la agricultura, promueve la migración, genera conflictos y limita el crecimiento económico. Es por ello que es urgente involucrar a todos los sectores para atender la problemática.
Participando de la COP26, me he dado cuenta de que existen muchas formas de aportar a la discusión: alzar la voz para exigir decisiones y recursos a quienes toman las decisiones, tomar acción climática en nuestras comunidades, aprender y capacitarnos para asumir un rol activo en las negociaciones del futuro, educarnos y educar a nuestro entorno (laboral, familiar, amical) para influenciar las decisiones de la ciudadanía y el sector público o privado, cambiar nuestros hábitos de consumo, y muchas otras formas.
Mientras escribo, inicia el último día de negociaciones en la COP26. El tiempo apremia en todo sentido, y los compromisos asumidos hasta el momento no alcanzan a satisfacer las altas expectativas puestas sobre los líderes y autoridades globales, especialmente desde el punto de vista de los jóvenes. Sin embargo, siento esperanza, pues he conocido a maravillosos jóvenes en estos días, quienes me han demostrado el gran potencial que existe entre nosotros, me han compartido su experiencia, me han inspirado para seguir tomando acción y me han enseñado que es posible cambiar nuestra historia con el esfuerzo que venimos haciendo.