Por Stakeholders
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Los integrantes del grupo Última Generación (Ultima Generazione) pintaron el agua de la monumental Fontana de Trevi de Roma, en Italia, en modo de protesta por el uso de combustibles fósiles en el país.
El líquido que tiñó el agua del monumento histórico hace referencia al carbón líquido utilizado en diferentes actividades. Los activistas climáticos que ingresaron al agua portaban carteles con mensajes como: «Nuestro país está muriendo a causa de la crisis climática«. Señalaron que las inundaciones en Emilia-Romaña, en el norte italiano, han causado 14 muertos y 36.600 desplazados, siendo una de las tantas consecuencias de este fenómeno.
La Policía acudió al lugar para arrestarlos. De acuerdo con el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, la Fontana di Trevi de Roma no sufrió daños con la protesta de los activistas. «Según una primera verificación no hay daños permanentes porque la pintura negra acabó en el material impermeabilizado y no en el mármol por lo que debería ser posible limpiarla. El problema es cuando llega al mármol, que es poroso», explicó. Asimismo, pidió en sus redes sociales acabar con «estas absurdas agresiones a nuestro patrimonio artístico».
En tanto, el grupo «Ultima Generazione» (Última Generación) ha respaldado su protesta y ha exigido «bloquear los subsidios públicos a los combustibles fósiles y poner la atención en el colapso climático al que nos dirigimos».
Esta acción no es nueva, pues se han visto algunos eventos similares en la fuente de la Barcaccia de la Plaza de España romana o la de los Cuatro Ríos de Gian Lorenzo Bernini en la Plaza Navona.
Ante ello, el Gobierno italiano ha aprobado un proyecto de ley que castigará a los autores de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos o patrimonio con multas de hasta 60.000 euros o sanciones penales.
