Durante las últimas cinco décadas, las grandes compañías petroleras han implementado diversas estrategias de relaciones públicas para influir en la percepción de la sociedad a su favor. En un contexto donde el cambio climático avanza y las evidencias de los impactos negativos de las emisiones de gases de efecto invernadero se acumulan, las petroleras están recurriendo a influencers y otras tácticas de marketing para desviar la atención de las responsabilidades ambientales de sus actividades, según señala Naomi Buck, especialista de Corporate Knights, una empresa de investigación enfocada en promover una economía sostenible.
Greenwashing: Más allá del cambio de imagen
A medida que la negación climática pierde fuerza, las compañías de combustibles fósiles adoptan estrategias de «greenwashing«.
De acuerdo a la investigación, un ejemplo es la transformación de British Petroleum (BP) en «Beyond Petroleum» en 2001, impulsada por la agencia de publicidad Ogilvy & Mather. Esta campaña presentó el concepto de «huella de carbono» antes de que fuera de uso común, desplazando sutilmente la responsabilidad de la reducción de emisiones del corporativo al consumidor.
Recientemente, las petroleras han llevado su impulso de relaciones públicas al ámbito digital, contratando gerentes de marketing digital para gestionar plataformas como TikTok e Instagram. Shell, una empresa británica de hidrocarburos, ha utilizado influencers en sus campañas, como la expedición al Polo Sur con el explorador polar Robert Swan, patrocinada en 2017. Sin embargo, críticos señalan que estas acciones son una cortina de humo, ya que las inversiones reales en soluciones renovables son mínimas.
El greenwashing, que busca distraer con imágenes de la naturaleza, deportes y moda en lugar de abordar los problemas fundamentales del cambio climático, es motivo de preocupación.
La sociedad civil, organizaciones ambientales y gobiernos deben estar alertas y abordar el greenwashing de manera proactiva. La iniciativa Clean Creatives es un ejemplo claro de cómo las organizaciones están presionando para que las agencias de relaciones públicas rindan cuentas y dejen de respaldar a las compañías de combustibles fósiles. Las quejas presentadas ante las autoridades reguladoras y la creciente conciencia pública son pasos positivos en la dirección correcta.
A pesar de estos avances, los desafíos persisten. La falta de estándares regulatorios uniformes y la necesidad de una supervisión proactiva del mercado plantean dificultades en la lucha contra el greenwashing. La industria de relaciones públicas, como Edelman, se encuentra en una posición delicada, equilibrando la presión para romper lazos con la industria de combustibles fósiles y la dependencia económica de estas compañías.
En última instancia, el éxito en la lucha contra el greenwashing dependerá de un enfoque colaborativo entre la sociedad civil, organizaciones ambientales, gobiernos y agencias reguladoras. Establecer estándares claros, monitorear de cerca las prácticas publicitarias y asegurar que las empresas sean responsables de sus afirmaciones ambientales son pasos cruciales hacia un futuro más sostenible y transparente. La conciencia y la acción colectiva son la clave para garantizar que la industria de combustibles fósiles sea responsable y responda a las demandas de un mundo más sostenible.
La resistencia ante el Greenwashing
Frente a la creciente preocupación, la iniciativa Clean Creatives, establecida en 2020 para poner fin al respaldo de la industria de relaciones públicas a los combustibles fósiles, ha tomado medidas concretas. Publica anualmente una lista clasificatoria «F», exponiendo qué agencias colaboran con compañías de combustibles fósiles, buscando aumentar la conciencia pública y presionar por un cambio en las prácticas de estas agencias.
La Coalición de Acción Climática contra la Desinformación analizó anuncios de Facebook de compañías petroleras en los meses previos a la COP28, encontrando millones de dólares en anuncios que postergaban una transición hacia energías más limpias. Paralelamente, gigantes como Shell, ExxonMobil y BP han reducido sus compromisos con las energías renovables, evidenciando un descuido hacia un futuro sostenible.
Hacia un futuro transparente y sostenible
En la era de la conciencia climática, enfrentar las artimañas de la industria de combustibles fósiles es crucial. La falta de estándares regulatorios uniformes y la necesidad de supervisión proactiva plantean desafíos en la lucha contra el greenwashing. El éxito dependerá de un enfoque colaborativo entre la sociedad civil, organizaciones ambientales, gobiernos y agencias reguladoras para establecer estándares claros y asegurar la responsabilidad empresarial en las afirmaciones ambientales. Solo así se avanzará hacia un futuro más transparente y sostenible.