El uso desmedido de plásticos está afectando al medioambiente y sus ecosistemas, por ello que nace la necesidad de reducir la huella ambiental mediante herramientas como el reciclaje.

Por Stakeholders

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Cada ciudadano hace uso, en promedio, de 30 kilos de plástico al año, según cifras del Ministerio del Ambiente. Del total de contaminación generada, un gran porcentaje terminan en el mar.

Frente a este panorama, nace la necesidad de conocer cuáles son las maneras en las que podemos reducir nuestro impacto ambiental. Según Marcelo Azevedo Socoowski, gerente general de Innova Ambiental, empresa especializada en la gestión integral de residuos, una de las alternativas con mayor potencial para reducir la huella ambiental es la aplicación de la economía circular, la cual aprovecha al máximo los residuos y les da nueva vida a través del reciclaje.

Para poder aportar desde este frente, el especialista nos comparte algunos consejos prácticos para impactar positivamente al planeta y mejorar nuestra gestión de residuos:

Identificar qué se puede reciclar: Iniciar por reconocer, desde casa, cuáles son los tipos de residuos y separarlos adecuadamente es fundamental para darles un segundo uso. Las clasificaciones a tomar en cuenta son: orgánicos, vidrio, metal, papel y cartón.

Usar bolsas de tela: Al momento de ir de compras es mejor utilizar bolsas de tela, cestas o carritos de compra que eliminen el plástico de un solo uso y puedan ser reutilizados cada vez que haya necesidad de comprar algo.

Invertir en productos de larga duración: Si bien usar plástico es más económico, su vida útil es muy reducida, lo que genera mayor cantidad de residuos y contaminación. Por ello, se recomienda invertir en alternativas ecológicas o materiales más duraderos para cuidar el planeta y nuestra economía.

Optar por tejidos naturales: El consumo de ropa sintética que libera micro plásticos es muy perjudicial para los ecosistemas, por esa razón es mejor cambiar los hábitos de compra y acceder a prendas de materiales naturales. Caso contrario, se puede optar por renovar y transformar prendas que no se utilicen y darles una nueva vida.

Si bien el mejor residuo es el que no se genera, estas prácticas sostenibles requieren de pequeñas variaciones en la rutina diaria y tienen un impacto significativo en la cantidad de plástico que se genera por persona, apoyando así a reducir la contaminación.







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