POR MARILIA VARGAS
Según la Cámara Peruana de Construcción (Capeco), cada día se producen 30.000 m3 de desmonte, es decir, unas 19 000 toneladas. La demolición parece ser un negocio tan rentable como la construcción y estos desperdicios terminan, en la mayoría de los casos, en las laderas de los principales ríos de Lima y al mar del Callao, situación que cada día se agrava más. En este marco, Stakeholders entrevistó a Marjorie Mori, cofundadora de Ciclo, quien nos detalla cómo su empresa aplica la economía circular.
¿En qué consiste Ciclo?
Ciclo nace en el año 2015, a raíz de una observación que tuvimos mi hermano y yo en cuestiones de residuos. Por mi familia, desde antes nos dedicábamos a la construcción y vimos que se podían aprovechar estos residuos. Así que en el año 2013, empezamos a hacer algunas pruebas de manera empírica y vimos que se podía hacer un prefabricado de ladrillos, ese mismo año se presentó una solicitud de patente, la cual fue aprobada y ya tenemos el título de patente. En el año 2015, formalizamos la empresa, concursamos a “Ideas Audaces”, un concurso de Concytec, y gracias a ese financiamiento, pudimos obtener un fondo para poder abrir la planta piloto, la cual nos permitió desarrollar los productos, la investigación y fuimos avanzando hasta el día de hoy.
¿Cómo aplican la economía circular en su cadena de valor?
Ciclo se dedica a reciclar los residuos de construcción y demolición para fabricar nuevos materiales, es decir, no utilizamos ningún tipo de insumo no renovable, ni arena fina ni gruesa, sino que del mismo proceso de reciclaje, nosotros obtenemos la materia prima para poder fabricar nuevos materiales. Todo es material reciclado, utilizamos un porcentaje de cemento, pero en muy pocas cantidades en comparación a uno convencional. Analizamos el reciclaje, el diseño del producto, el cual tratamos de consumir los menos recursos posibles, pero sí dándole valor y devolviéndoles al mercado un producto de muy buena calidad que se reinserta a la industria.
Nos basamos en los principios de la economía circular, donde los residuos de uno, son aprovechados por otros. Nosotros creemos en la industria donde se utilicen menos recursos. Este rubro de la construcción es un poco duro y pesado, pero con bastante esfuerzo y dedicación esta industria seguirá creciendo.
¿Cómo es el proceso de re fabricación de sus productos?
Tenemos dos plantas integradas, una es de chancado y de trituración, y la otra es de fabricación de los materiales de prefabricado. Recibimos los residuos de construcción o también podemos hacer el servicio de gestión de desperdicios. Hacemos una segregación porque no siempre los residuos vienen limpios. Sacamos sub productos como madera, fierros que no entran al proceso de producción. También, minimizamos el tamaño de los residuos, entra la planta de trituración y de acuerdo a la granulometría que nosotros queremos obtener para la fabricación, vamos separando entre finos y gruesos. Pasa a una mezcladora y luego va directo a la planta de prefabricado donde ya con los moldes, salen los ladrillos, los adoquines, los bloques y los agregados.
¿Cómo hacen con la recolección de este material? ¿Ustedes trabajan con empresas que se encargan de recoger estas demoliciones o cualquier persona puede contactarlos?
Puede ser de ambas formas. Puede ser que las empresas tengan material disponible de residuos y lo lleven a nuestra planta, donde nosotros los recibimos. Como también, hay empresas que necesitan o que nos piden que hagamos el servicio de gestión de residuos y nosotros los recogemos en el lugar de la obra, donde se encuentran estos elementos. Finalmente, los llevamos a la planta para ser ya tratados o transformados en material nuevo. Estamos ubicados en Cieneguilla y tenemos una buena propuesta para las municipalidades para que puedan ser gestionados de la mejor manera. Estos residuos generados en el distrito son transformados y devueltos en materiales como adoquines.
¿Cómo manejan los precios con respecto a la competencia?
Nuestros precios son, aproximadamente, 10 % menos que los productos convencionales. Manejamos ese margen porque todavía en el mercado hay mucha resistencia por ser material reciclado. Las personas pueden pensar que no es tan bueno, pero les damos la posibilidad de consumir estos productos que son sostenibles y aportan también, bastante valor a los proyectos, sobre todo, inmobiliario. Nuestros clientes, por lo general, son empresas consultoras que apuestan por la construcción verde y que nos buscan por el tema de certificaciones green. Entonces, somos una buena alternativa para ese sector y también para el público en general. Hasta el momento no conocemos otra empresa que recicle o que los transforme en nuevo material, pero esperamos que la industria siga creciendo.
¿Tienen algún plan de acción para educar al público con respecto a la economía circular en su giro de negocio? Debido a que la gente no se convence con este material.
Actualmente, estamos trabajando con la zona de influencia, Cieneguilla. Les informamos sobre estos materiales y acerca de economía circular, pero sobre todo la propuesta sale de la misma comunidad, debido a que estamos cerca a varios botaderos y diario entran, aproximadamente, como cien camiones de desmonte. Tenemos muchos problemas de residuos de construcción y otros desperdicios. La municipalidad no tiene mucha injerencia en esos botaderos informales debido a los juicios, entonces, ellos mismos toman acción. Estos botadores informales cuando llegan a llenarse, los compactan, los lotizan y los venden como terrenos. Por lo general, son manejados por traficantes de tierra o de terrenos.
¿Cómo tratan con los profesionales de construcción esta ventaja competitiva?
Cuando nos contratan, sobre todo, ingenieros, arquitectos o empresas, siempre nos piden la ficha técnica y nuestros materiales cumplen con toda la normativa técnica peruana, tienen certificados y resultados de laboratorio que lo confirman. Además, contamos con dos patentes en el proceso y son tan buenos como cualquier otro convencional, hasta diría que en el ladrillo “King Kong” tiene mayor resistencia que un ladrillo convencional. No necesitamos de horno, son secados al ambiente y ahí también producimos menos huella de carbono que un ladrillo de arcilla que necesita cocción para cumplir con sus propiedades físicas.
Necesitamos que más empresas se unan, hay mucho futuro. Las industrias pueden cambiar su metodología y pensar que el residuo que van a generar puede ser aprovechable y así se forme el círculo de sostenibilidad en la industria y en las empresas. El país tiene buen potencial para que pueda impulsar la economía circular en todos los sectores y en todo tipo de industrias.