Durante dos semanas, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, mejor conocida como COP15, reunió a delegaciones de 188 países en Montreal (Canadá), las cuales llegaron a un acuerdo histórico que busca orientar las acciones mundiales en favor de la naturaleza de aquí a 2030.
De esta manera, la COP 15, presidida por China y organizada por Canadá, dio como resultado la adopción del Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica (GBF, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo abordar la pérdida de biodiversidad, restaurar los ecosistemas y proteger los derechos de los Pueblos Indígenas.
Al respecto, el plan estratégico del marco incluye medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza, incluida la protección del 30% del planeta y el 30% de los ecosistemas degradados para 2030. Asimismo, incluye propuestas para aumentar la financiación destinada a los países en desarrollo, lo que representó un importante obstáculo durante las conversaciones.
Objetivos globales
El Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica consta de cuatro objetivos globales generales para proteger la naturaleza, que incluyen:
- Detener la extinción inducida por los seres humanos de las especies en peligro de extinción y, para 2050, se reduce a la décima parte el ritmo y el riesgo de la extinción de todas las especies.
- La diversidad biológica se utiliza y gestiona de manera sostenible y las contribuciones de la naturaleza a las personas, tales como las funciones y los servicios de los ecosistemas se valoran, se mantienen y se mejoran.
- Todo beneficio de la utilización de los recursos genéticos e información de secuencias digitales sobre los recursos genéticos se comparte en forma justa y equitativa.
- Los medios de implementación adecuados para aplicar plenamente el Marco son accesibles de manera equitativa a todas las Partes, especialmente a los países en desarrollo y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Sobre este punto, Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), destacó que el aspecto clave ahora en adelante es la implementación de este marco.
“El éxito se medirá en términos de nuestro progreso rápido y consistente en la implementación de lo que hemos acordado. Todo el sistema de las Naciones Unidas está orientado a apoyar su implementación para que podamos realmente hacer las paces con la naturaleza”, señaló
Metas de actuación
Asimismo, el Marco Kunming-Montreal cuenta con 23 metas de actuación que deben tomarse inmediatamente y completarse para 2030. Entre ellas figuran:
- Conservar y gestionar de manera eficaz al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas. En la actualidad, el 17% de las zonas terrestres y el 8%* de las zonas marinas han sido declaradas áreas protegidas
- Restaurar de manera efectiva el 30% de los ecosistemas terrestres, costeros, marinos y de aguas continentales
- Acercar a cero la pérdida de superficies de suma importancia para la biodiversidad, incluidos los ecosistemas de gran integridad ecológica
- Reducir a la mitad los desechos de alimentos en el mundo
- Eliminar gradualmente o reformar los incentivos perjudiciales para la biodiversidad en al menos US$ 500.000 millones por año, al tiempo que aumentan los incentivos positivos para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad
- Movilizar al menos US$ 200.000 millones anuales de fuentes públicas y privadas para la financiación de la ejecución de planes y estrategias relativas a la biodiversidad
- Aumentar el total de flujos financieros internacionales procedentes de los países desarrollados hacia los países en desarrollo a por lo menos US$ 30.000 millones cada año
- Velar por que las empresas transnacionales y las instituciones financieras controlen, evalúen y difundan con transparencia y regularidad sus riesgos y efectos en la biodiversidad, junto con sus operaciones, sus cadenas de suministro y de valor y sus carteras.
La financiación en el centro de atención
El financiamiento desempeñó un papel clave en la COP15, pues se realizaron negociaciones centradas en cuánto dinero enviarían los países desarrollados a los países en desarrollo para contrarrestar la pérdida de biodiversidad.
Por esta razón, se pidió que el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) estableciera un fondo fiduciario especial (el Fondo del Marco mundial de la diversidad biológica) con el objetivo de apoyar la aplicación del marco y asegurar flujos financieros de manera suficiente, previsible y oportuna.
Por último, los países aprobaron un conjunto de acuerdos conexos para implementar el marco, incluidos los mecanismos de planificación, seguimiento, presentación de informes y examen, los cuales son vitales para garantizar que se logren los progresos adecuados y para garantizar que no haya una mayor aceleración del ritmo de extinción de especies en todo el mundo.